El sargento Pedro José Guarnizo aún recuerda algunas anécdotas sobre su último año como secuestrado de las Farc (estuvo seis en total) en el que coincidió con el exgobernador Guillermo Gaviria y su asesor de paz Gilberto Echeverri.
“Fueron dos personajes que se encargaron de darnos mucha paz, no conocí gente tan noble, incluso nos dieron clases. Recuerdo que escribían mucho sobre el futuro de Antioquia, siempre estaban pensando en lo que iba a pasar con el departamento, cómo lo podían mejorar. Infortunadamente murieron engañados por los guerrilleros y soy un convencido, ahora que ellos están libres, que Antioquia les debe exigir la verdad del por qué decidieron acabar con esas dos mentes tan brillantes”, recuerda el suboficial en retiro del Ejército.
Cuando se le pregunta que cómo hizo para sobrevivir al operativo de rescate y a la decisión de los guerrilleros de las Farc de asesinar uno por uno a sus rehenes, Guarnizo no tiene una respuesta concreta, explica que las balas le pasaron por todos lados, las escuchaba silbar, lo único que pudo hacer fue protegerse en un cambuche y cuando todo terminó solo vio muerte y desolación.
Al final de todo, en ese campamento del frente 34 de las Farc ubicado en zona rural de Urrao y tras la huida de los subversivos, solo quedaron tres sobrevivientes: el capitán de Infantería de Marina, Agenor Enrique Viellard y los sargentos del Ejército, Pedro José Guarnizo y Eriberto Aranguren González.
La historia no fue la misma para el exgobernador y el exasesor de paz, tampoco para ocho militares secuestrados y que fueron identificados como: Alejandro Ledesma, Wagner Tapias, Héctor Segura, Manuel Negrete, Jairsinio Navarrete, José Peña, Manuel Cote y Mario Marín.
“Yo le doy gracias a mi dios por que me sacaron del secuestro, pero me duele el alma ver como murieron todos los demás ahí. El operativo para mí estuvo bien planeado y ejecutado, el único error que se cometió fue creer que esa gente no iba a ser tan salvaje de matar a los secuestrados”, añade Guarnizo.