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Iglesia clama por regreso de fieles a los templos
Tras casi dos meses y medio sin actos presenciales asegura ofrecer todas las garantías para que vuelvan las eucaristías.
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Grandes templos, como la Iglesia de San José en la Oriental, serían las últimas en abrir sus puertas para que sean las pequeñas parroquias las empleadas para las pruebas. FOTO julio herrera
02 de junio de 2020
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En las iglesias de los barrios se ha hecho común la imagen de quienes se posan por unos minutos frente a las puertas cerradas a orar en silencio y hasta a realizar alguna ofrenda floral. Es tal el anhelo de algunos de ver los templos abiertos nuevamente que merodean el atrio cuando advierten un carro fúnebre y algunos dolientes, para lograr avistar el interior del templo por un par de minutos mientras lanza su plegaria.
Y es que aunque tanto pastores de la fe católica como los feligreses superaron las barreras que les impuso la cuarentena, y lograron llevar a cabo una Semana Santa atípica apelando a las redes sociales y otras expresiones creativas, después de más de 70 días con las puertas clausuradas, religiosos y creyentes piden al Gobierno celeridad para atender su solicitud de reapertura.
Así lo manifestaron 18 obispos en una carta enviada al Gobierno, el 20 de mayo, en la que resaltan que desde hace 43 días vienen adelantando procesos para el cumplimiento de los protocolos sanitarios y esperando acompañamiento por parte del Estado para avalarlos y, en consonancia, permitir la apertura gradual. Sin embargo, señalan ver con extrañeza el hecho de que otros sectores “que concentran mayor número de personas” se les haya concedido reabrir mientras las iglesias permanecen cerradas.
Sobre este último punto, pero de manera mucho más enfática, el obispo de Valledupar, monseñor Óscar Vélez Isaza, criticó en un video la determinación del presidente Iván Duque de dilatar el retorno de las iglesias mientras gran parte de los sectores de la sociedad volvieron. “Se ha llegado a la apertura de centros comerciales, se anuncia la apertura del campeonato de fútbol y hasta peluquerías y servicios estéticos. Todo eso es muy válido, pero nos preocupa la persistencia por mantener a los fieles lejos de los templos considerándolos como sitios de alto riesgo ¡Increíble!”, dijo.
Monseñor Vélez señaló a Duque de hacer oídos sordos a los llamados de la Iglesia, postura con la que concuerda el vicerrector de la Universidad la Gran Colombia, Hernán Olano, quien considera que el presidente ha hecho caso omiso no solo a los pedidos de católicos sino de practicantes de otras creencias, y que en ese proceso de reintegro gradual ha quedado relegado “el principio constitucional que dicta que las personas puedan expresar su fe a través de la presencialidad”, manifiesta el vaticanista y doctor en derecho canónico.
El diálogo dejó avances
Duque, por su parte, designó como representantes para entablar diálogos con la Conferencia Episcopal a María Paula Correa, jefe de gabinete de la Presidencia; Víctor Muñoz, consejero presidencial para la Economía y la Transformación Digital; y Carlos Baena, viceministro para la Participación e Igualdad de Derechos, así como funcionarios de Minsalud, para delinear los elementos esenciales que debe tener el protocolo (ver ¿Qué sigue?) .
Entre lo más destacado del encuentro virtual, según dicen desde el Episcopado, es que el Gobierno está dispuesto a adelantar “ensayos” en iglesias de pequeños municipios para mirar cómo podría funcionar el protocolo para las liturgias. Solo tras el éxito de este podrían volver las misas.
Apertura para todos
El doctor Olano advierte que no hay lugar para que en este proceso de reapertura se priorice a la Iglesia católica, sino que todas las expresiones religiosas, en la medida de la capacidad de sus recintos, deberían retornar de forma simultánea garantizando, eso sí, los cuidados requeridos en medio de la emergencia sanitaria.
Para el senador John Milton Rodríguez, pastor cristiano, el Gobierno ha mostrado su disposición para dar respuesta a los creyentes desorientados, dice el senador, por la cantidad de días sin contacto cercano con sus guías espirituales, espacio que Rodríguez considera fundamental “para afrontar la creciente violencia intrafamiliar y desasogiego de la población”.
Acerca de la inquietud de los creyentes da fe el padre Euclides Eslava, director del departamento de Teología de la Universidad de la Sabana. “La gente necesita reconciliarse con los sacramentos y la eucaristía. Hemos dicho que hacer catarsis privada es importante pero la absolución, el diálogo y consejo de la confesión es insustituible, ni qué decir de la comunión”, dice.
El sacerdote señala además un tema concreto que ha desencadenado el cierre de los templos y es la situación de párrocos y pastores cuyo sostenimiento depende, en buena medida, de las ofrendas que aportan los fieles.
Esto sin contar con las iniciativas sociales y acción evangelizadora en barrios, hospitales, ancianatos, hogares para niños y comedores comunitarios, que abarcan una cifra importante de empleos formales y se han visto afectadas.
De todos modos coinciden los consultados que haber cursado este tiempo atípico les ha permitido comprender mejor los retos para entregar el mensaje católico en la sociedad. “Entendimos que en las redes sociales hay otro campo evangelizador”, apunta el padre Eslava. Sin embargo, creen que es la hora de que la fiesta religiosa vuelva al púlpito.
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