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A una reunión de urgencia en la Casa de Nariño fue llamado ayer por el presidente de la República, Iván Duque, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, para que dé explicaciones sobre la conversación que sostuvo con la nueva canciller, Claudia Blum, y que fue filtrada en un audio a medios de comunicación.
Santos no solo criticó al exministro de Defensa, Guillermo Botero, y al actual jefe de esa cartera y excanciller, Carlos Holmes Trujillo, sino también al Departamento de Estado de Estados Unidos y la forma en que ese país y Colombia han intervenido en la crisis de Venezuela.
Se espera que hoy Duque le pida cuentas al embajador, quien en los 20 minutos que duró su interlocución con Blum aseguró que Trujillo “no hizo nada, no tenía estrategia”, que Botero “no trabajaba” y que el Departamento de Estado, “que antes era muy importante, ahora está destruido”.
Las comprometedoras declaraciones de Santos no caen en un buen momento para el Gobierno de Iván Duque, en medio de lo que el politólogo de la Universidad de Antioquia Giovanni Areiza denomina “una etapa de mucha sensibilidad para la institucionalidad y de muchos golpes importantes, por la salida del ministro de Defensa”.
Pero, además, los comentarios de Santos se suman a otros episodios en los que miembros del gabinete o del Centro Democrático como partido de gobierno han mostrado públicamente discrepancias mutuas y diferencias de criterio. El pasado martes, la ministra de Trabajo, Alicia Arango, dijo a medios de comunicación que el presidente Duque no está de acuerdo con la propuesta de su jefe de Hacienda, Alberto Carrasquilla, de eliminar el régimen pensional de prima media. “El presidente no lo apoya”, dijo la ministra refiriéndose a su homólogo.
Ese mismo día, la senadora María Fernanda Cabal, una de las figuras más mediáticas del Centro Democrático, afirmó que al Gobierno de Duque “le ha faltado conectarse con la base del uribismo” y “no me siento representada por su gabinete”.
Y estas dos grietas recientes no son las únicas. Desde la renuncia de Gloria María Borrero a la cartera de Justicia, en mayo, se escuchan voces que hablan de una crisis institucional. En aquella ocasión fueron públicas las discrepancias de la ministra con congresistas del uribismo y con el mismo Duque, tanto por el hundimiento de las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP, como de la reforma a la justicia, dos proyectos en los que el presidente había puesto toda su energía.
Otra situación similar vivió la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez en febrero, cuando le costó lograr consensos alrededor del Plan Nacional de Desarrollo para impulsar su aprobación y tampoco tuvo éxito en promover una reforma política.
Al respecto, el docente de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, Iván Garzón Vallejo, explica que si bien es normal que entre los ministros haya diferencias de criterio, así como las hay entre personas que hacen parte de cualquier equipo de trabajo, pero “lo inusual es que se ventilen públicamente. Al parecer esas diferencias lo que ratifican es que el liderazgo del presidente no parece ser muy fuerte, en la medida en que no queda muy claro cuál de las posturas es la que él asume”.
En ello concuerda el politólogo Areiza, quien además señala que “la imagen, el liderazgo del presidente hoy se está viendo afectado y este es un caso muy paradójico, porque él no es la cabeza de su partido, sino que el Centro Democrático tiene un líder mucho más fuerte o por lo menos mucho más aglutinador, como es Álvaro Uribe, quien es capaz de tener un discurso que unifica criterios”.
En ello concuerda Garzón, quien afirma que “además de que no parecería ser muy claro el liderazgo de Duque dentro de su equipo, tampoco hay fijación de unos temas, de una agenda que marque un rumbo. Parecería que cada ministro tiene una idea muy diferente de lo que debe ser el Gobierno, de lo que debe ser su propia cartera”.
El académico advierte que es difícil de anticipar si los comentarios de Santos sobre el Departamento de Estado escalarán un problema diplomático con Estados Unidos, puesto que para ese país “Colombia es un país con un peso no comparable al de otros aliados como Israel o Reino Unido”, sin embargo, es probable “ que Colombia se anticipe a evitar que se genere una molestia”.
Esto podría ocurrir con una nota de disculpa que se emita en las próximas horas o, de forma tajante, con la salida de Santos..