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Veinte años después del asesinato de la religiosa y lideresa social Yolanda Cerón Delgado, familiares, conocidos y compañeros escucharon a los responsables reconocer el crimen y pedir perdón por este hecho que dejó dolorosas secuelas en la comunidad de Tumaco (Nariño).
El acto de reconocimiento y reconciliación tuvo lugar este 25 de junio en Rionegro (Antioquia), donde se desarrolló un Encuentro por la Verdad, a instancias de la Comisión de la Verdad. Allí, por medio de una transmisión desde su lugar de residencia en Estados Unidos, Guillermo Pérez Alzate, “Pablo Sevillano”, excomandante del Bloque Libertadores del Sur de las Auc, aceptó su responsabilidad en el homicidio y pidió perdón por lo que calificó como “una vergüenza” de la cual dijo que se arrepiente.
La hermana Cerón fue asesinada el 19 de septiembre de 2001, frente a la iglesia La Merced, en Tumaco, época en la que desempeñaba como directora de la Pastoral Social. Era reconocida por su trabajo en defensa del territorio de las comunidades indígenas y afro, por lo cual hizo varias denuncias y apoyó la resistencia comunitaria.
Los responsables de su muerte fueron paramilitares del Bloque Libertadores del Sur de las Auc, que en ese entonces ocupaban el territorio en el que la hermana desarrollaba su labor de liderazgo social, al igual que actores del narcotráfico y empresas agroindustriales que impulsan el monocultivo. Por su trabajo fue señalada, estigmatizada, amenazada y tildada de guerrillera.
“La hermana Yolanda Cerón no era guerrillera, fue una gran líder social que no merecía morir de la forma en que se hizo. Todas las vidas humanas tienen el mismo valor, pero asesinar a un líder social es terminar con el buen vivir de las comunidades y destruir su futuro. Por eso, también pido perdón a las comunidades del Pacífico nariñense porque, con su muerte, más que la vida de una persona, lesioné la vida de todo el territorio”, sostuvo Pérez en su pronunciamiento.
En el acto participaron líderes del Consejo Comunitario Acapa, el cual tuvo un trabajo conjunto con la religiosa. “Yolanda fue una mujer conquistadora, porque donde ella llegaba dejaba raíces y esas raíces las sembró en el Congreso Comunitario Acapa. Conseguimos muchos logros con su trabajo y dejaron un precedente”, expresó Ángel María Estacio, líder social del Pacífico nariñense.
Justamente, este encuentro buscaba no solo el reconocimiento de la verdad por el hecho particular y sus consecuencias en toda una comunidad, sino también hacer una reflexión sobre el asesinato de líderes sociales en el país, que sigue siendo una preocupación. “Su asesinato (el de Cerón), como el asesinato de muchos líderes en el ámbito local o regional es un tipo de magnicidio porque supone el ataque a un trabajo no solamente personal o individual, sino también colectivo”, señaló el comisionado Carlos Martín Beristain.
Familiares de Yolanda Cerón también contaron cómo su muerte causó daños impensables en su hogar y cómo el dolor se mantiene después de los años, pues la recuerdan como una guía que los acompañó en todo momento. “Con su asesinato quedamos a la deriva y sin el faro que nos guiaba, por una violencia que hasta ese momento se evidenciaba por noticias, tocó nuestras vidas de forma inminente y terriblemente dolorosa”, dijo su sobrina Yenyt Cristina Narváez.
Tanto ella como el hermano de Cerón y los demás seres queridos y amigos escucharon las palabras de Pérez: “Nunca encontraré una explicación o justificación para tan horrorosas acciones. Hoy, ante ustedes, manifiesto mi sentimiento de vergüenza y dolor, y entiendo el repudio que deben sentir por mí. En mi caso, soy consciente de la deuda eterna que tengo con mi país y con las víctimas, especialmente con los familiares de la hermana Yolanda (...) Lamento mucho lo sucedido, crímenes como los de la hermana Yolanda nunca debieron suceder”.
Los Encuentros por la Verdad son espacios de escucha en los que se hacen aportes voluntarios para dignificar a las víctimas y promover la reconciliación, para lo cual se hace un trabajo previo con todas las partes, de la mano de profesionales expertos de la Comisión.
“Los responsables del asesinato de la hermana Yolanda Cerón asisten voluntariamente a este espacio para contribuir a que los sobrevivientes, dolientes y la sociedad colombiana conozcan las razones de lo sucedido”, expresó la comisionada Lucía González, quien agregó que no solo los hombres armados son responsables de hechos como este, puesto que hay otros determinadores, financiadores e involucrados.
El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, dejó el mensaje en los asistentes de que la hermana Cerón no murió con el asesinato, pues su presencia y legado permanecen en el corazón y el trabajo de todos los que la conocieron. También fue enfático en la importancia de reconocer estos hechos sin justificaciones.
“Quisiera decirles a quienes mataron a Yolanda que ella está viva porque se entregó por su pueblo, pero Guillermo, quienes le dispararon, quien disparó desde la moto, quien manejaba la moto, quien hizo la inteligencia para que la mataran, estos no son errores, estos son usos de la libertad humana, son responsabilidades inmensas porque uno hubiera podido decir yo no manejo la moto hasta allá o yo no disparo, aunque me maten, esto no lo hago, yo no le hago inteligencia a una mujer tan grande. Esas son responsabilidades gravísimas”, puntualizó De Roux.