De siete recorridos humanitarios que ha realizado el defensor del Pueblo Carlos Alfonso Negret, su parada en Cáceres (Antioquia), este sábado, es la que más le ha conmovido y preocupado.
Un profesor del colegio le narró, con la voz entrecortada, cómo uno a uno de sus alumnos se han ido. La cobertura pasó de 2.300 a 1.300 estudiantes, varios han sido asesinados, otros han huido producto del enfrentamiento entre el Clan del Golfo, los Caparrapos y el Eln y otros muchos han sido reclutados.
“Se trata de niños de 11 años que dejaron los lápices por los fusiles. Los grupos armados no tienen ninguna consideración humana, es una violación flagrante al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y eso hay que pararlo”, lamentó el defensor.
Hoy Cáceres es un pueblo fantasma, los pocos habitantes que quedan ni siquiera se atrevieron a salir a recibirlo, como ocurre en todos los municipios a los que llega la Defensoría.
“Además del reclutamiento, los habitantes están confinados en sus propias casas y hay una completa falta de autoridad en esta zona”, expresó.