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“Decir que no hubo conflicto es deslegitimar la paz”: Francisco de Roux

El sacerdote Francisco de Roux lidera la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad.

  • “Decir que no hubo conflicto es deslegitimar la paz”: Francisco de Roux
“Decir que no hubo conflicto, es deslegitimar la paz”
11 de febrero de 2019
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Con la serenidad que le caracteriza, el padre jesuita Francisco de Roux, director de la Comisión de la Verdad, asegura que la verdad es una meta a la que se puede llegar por distintos caminos y con distintas versiones.

Ese objetivo, dice, está enmarcado en la realidad de cada persona; en sus palabras, es una realidad que está siempre presente, no inventada, a veces soñada, pero siempre está dada por las circunstancias; aún así “la verdad es tratar de acercarnos a esa realidad lo más cerca posible”.

Agrega el sacerdote que se llega a ella –la verdad– cuando todas las preguntas que se deben responder están resueltas. Aunque en asuntos históricos y humanos hay múltiples interpretaciones, y acercarse a la verdad puede ser difícil, “uno sí puede decir: de todas las hipótesis que se plantearon, la que nos parece más verosímil es la que deja menos preguntas sin respuesta”.

EL COLOMBIANO conversó con De Roux sobre la comisión que dirige, la verdad y la situación del Centro Nacional de Memoria Histórica que, a la fecha, no cuenta con un director por las polémicas suscitadas por los aspirantes al cargo.

¿Cuál es el papel de la Comisión de la Verdad (CV)?

“Es una institución de Estado de carácter constitucional independiente del Congreso, de la Presidencia y de la Rama Judicial. Su tarea es contribuir al esclarecimiento de lo que nos ocurrió a los colombianos durante más de 55 años de confrontación armada. Además, avanzar hacia el reconocimiento de las víctimas como ciudadanos que pueden contribuir a que construyamos un país distinto, y el reconocimiento de responsabilidades aceptadas voluntariamente para profundizar la convivencia en los territorios. Todo esto apunta a la no repetición. Estas cuatro cosas forman un solo objetivo para la Comisión de la Verdad”.

¿Está ligada a algún estamento gubernamental?

“De ninguna manera. Nosotros no dependemos de ninguna instancia del Estado, somos absolutamente autónomos. Tenemos una serie de condiciones porque manejamos una información reservada, no solo de las víctimas sino de los estamentos públicos. Tenemos que proteger, bajo protocolos muy serios, esa información, pero tenemos algo que no tiene ningún funcionario público, podemos conversar directamente con responsables de crímenes y podemos escuchar testimonios de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, y escuchar cosas análogas o complementarias. Estamos exentos de la obligación como funcionarios de referir los nombres de dónde vienen esas informaciones y exentos de ser acusados como cómplices. Todo eso tiene que quedar reservado”.

Usted menciona un concepto que ha sido debatido en el país y es el de conflicto armado. ¿Ha habido o no en Colombia conflicto armado?

“Yo lo que estoy convencido es que afirmar que en Colombia no ha habido conflicto armado interno, o afirmar que es dudoso que en Colombia haya existido, es una afirmación políticamente correcta, pero la realidad es que si uno lo contrasta con los desarrollos de la Corte Constitucional, que en varios casos ha declarado exequible el proceso que hoy en día se hace a través de la JEP, de la Comisión de la Verdad, y de la Unidad para la Búsqueda de Desaparecidos, se está afirmando la existencia del conflicto armado interno, como lo afirma también la Comunidad Internacional y como lo ha aseverado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el apoyo que le ha dado al proceso colombiano”.

¿A qué se refiere con
“políticamente correcto”?

“Dudar que hubo conflicto armado o afirmar que no hubo desbarata la legitimidad del procedimiento de paz que se llevó a cabo en La Habana, y desbarata completamente la legitimidad de los organismos que hicieron la paz con las Farc. Todo queda sin piso. Eso no tiene legitimidad si no hubo conflicto armado.

A nosotros no nos interesa si lo que decimos le da gusto o no a un sector, nos interesa que se diga a verdad”.

¿Decir políticamente correcto se refiere a que es un enunciado para congraciarse con alguien?

“Pero claro. Te voy a decir qué hay de fondo: yo quiero que el Centro Democrático me dé el aval para que el presidente Duque me nombre y si yo lo planteo así, claro que me dan el aval, Uribe se lo da”.

En ese orden, ¿decir que en Colombia no hay conflicto armado puede tener un interés político?

“Por supuesto, porque en las circunstancias actuales en primer lugar, poner en duda que haya habido un conflicto armado o afirmar que no lo hubo echa en tierra la legitimidad de la forma como se hizo la negociación en Cuba”.

La Comisión de la Verdad va a recibir a quién quiera contar su verdad sobre el conflicto. ¿Se cruzarían o reñirían las funciones con las del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH?

“Estoy convencido que son funciones distintas y espero justamente que independientemente de quién sea el director, podamos trabajar para complementarnos. El CNMH es un centro de estudios académicos, sus funcionarios, que son del Estado, son académicos y su papel es recibir la memoria y analizarla.

La tarea de la CV es mucho más compleja. Partimos de que la memoria no es la verdad, es el lugar donde comenzamos a plantearnos las preguntas que nos pueden llevar finalmente a la no repetición a través de procesos en los que queremos involucrar la participación de la sociedad desde muy diversos puntos de vista, para que los colombianos podamos captar el sentido de lo que nos ocurrió y buscar una salida hacia el futuro en las diferencias. Por eso, si bien tenemos académicos, la mayor parte de las personas que trabaja en la comisión y están en las distintas partes del país no son académicos”.

Van a recibir las versiones de la verdad, pero ¿están obligados entregarlas a entidades judiciales?

“Nada de lo que nosotros manejamos es para ser utilizado judicialmente. No somos la JEP, no juzgamos a nadie, no condenamos, no dictamos sentencia. Frente a la verdad jurídica, que la hace la JEP, nosotros vamos detrás de la búsqueda de la verdad histórica y de la verdad humana de lo que nos pasó en el conflicto. No podemos utilizar testimonios, no podemos permitir que testimonios que recibamos donde hay referencias a personas y a responsabilidades individuales pasen a la rama judicial y se utilicen en la configuración de sentencias o procesos judiciales, tenemos la obligación de reservar esa información. Nosotros recibimos información de la JEP, como recibimos información de la Fiscalía y del Ejército y tenemos libertad para escudriñarla, pero no le podemos pasar información a la JEP ni a ningún juez”.

El CNMH lleva un tiempo sin director, han pasado dos personas como candidatas y no han llegado, hay un tercero en carrera. ¿Cuál debe se el perfil para ese cargo?

“La persona que llegue debe, por lo menos, tener la estatura académica y el perfil nacional e internacional que tiene un hombre como Gonzalo Sánchez (anterior director). El CNMH y sus trabajos han tenido reconocimiento de las mejores universidades del mundo, y sus casi 80 volúmenes son estudiados en casi todas las partes porque es el análisis del conflicto de un país. Eso no lo puede perder el país. Por eso, si ese trabajo se ha de continuar, se le debería dotar de esas posibilidades.

Por otra parte, el centro tiene la obligación de la construcción del Museo Nacional de la Memoria de lo que pasó en el conflicto, es un museo de todas las víctimas, y es un desafío enorme cuando uno piensa lo que se hizo en Israel con el holocausto, lo que se hizo en Chile con la memoria de las víctimas o en otros países. Ese director tiene esa responsabilidad inmensa”.

¿La CV debe escuchar a las víctimas y a victimarios?

“Nosotros en la CV debemos escuchar a los victimarios, es parte de nuestro interés, pero nosotros no los llamamos victimarios sino responsables que deben contribuir voluntariamente a la verdad. El CNMH ha tenido explícitamente búsqueda y conversaciones con responsables, pero uno diría que fue muy profundo el estudio que hicieron con el paramilitarismo y son un récord muy difícil de superar, pero su mayor parte es un trabajo con la memoria de las víctimas. Nosotros estamos dispuestos a hablar con todo el mundo, porque sino es imposible captar lo que nos ha pasado.

Una muestra de eso son los 50 volúmenes que nos entregó el Ejército sobre el accionar de las Farc, y por supuesto nosotros no solo queremos eso del Ejército, sino también otros asuntos en que la responsabilidad misma de ellos se cuenta en el conflicto”.

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