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Se cumplen 14 años de la masacre de Bojayá, Chocó, y víctimas como María Pascuala Palacios Chaverra, aún esperan muchas respuestas por parte del Estado y los grupos armados responsables de uno de los episodios más sangrientos que ha dejado el conflicto colombiano.
“En ese ataque se me fueron mis papás, hermanos y tíos, y hasta ahora no me los han entregado, estos 14 años han sido llenos de zozobra, pero queremos salir adelante, aún hay esperanzas”, dice María Pascuala, quien hace parte del Comité de Víctimas de Bojayá y realiza un balance de lo que ha pasado en los últimos años, luego de la masacre.
¿Qué sensaciones tiene después de tanto tiempo?
“Estos 14 años todavía me dan mucha zozobra, aún se siente mucha angustia. En mi caso por ejemplo yo me siento incompleta, yo perdí a casi toda mi familia, y hasta ahora no me siento reparada en el sentido de que no me han entregado un solo cuerpo de mis seres queridos. Yo todavía estoy dando la pelea, no pierdo las esperanzas de recibir esa reparación”.
¿A quienes perdió usted en el ataque a Bojayá?
“Yo perdí a mi mamá, papá, un hermano, una sobrina, un primo hermano, varios tíos, tías. Yo perdí una cantidad de familia bastante numerosa y a ninguno lo recibí para darle cristiana sepultura”.
¿El acto de perdón
que hicieron las Farc
sirvió para algo?
“Hubo una reflexión y es que vinieron a dar la cara, y nosotros como personas atacadas, les aceptamos esa intervención porque ellos se sintieron con el compromiso. Lo que sí hay que decir es que no sabemos las intenciones de ellos, yo como María Pascuala no puedo decir que los perdoné, pero sí los escuché”.
¿Aún esperan algo del Estado, Ejército o paramilitares?
“Lo que esperamos es que no nos ataquen, que no seamos los culpables de la problemática que ellos tengan, nosotros terminamos siendo siempre las víctimas, por eso me gustaría que ninguno de los grupos armados esté por acá en la población, porque al tener la presencia de ‘x’ o ‘y’ persona en medio de nosotros, seguiremos estando en riesgo. De el Gobierno espero más compromiso, que se mantengan alertas de lo que pueda pasar con nosotros y que nos dejen vivir tranquilos”.
¿Ustedes duermen tranquilos en Bojayá después de lo ocurrido?
“Tranquilos, tranquilos, no. Hay que decirlo, y es que todavía se ven personas extrañas cerca a la población y eso mantiene con muchos nervios a la gente, porque sienten que aún pueden existir amenazas con esas personas ajenas que se mantienen rondando por nuestro territorios”.
La Fiscalía y Medicina Legal van a exhumar los cuerpos de las víctimas para entregarlos a ustedes, los familiares. ¿Ven eso como un gesto de paz?
“Yo lo veo como algo obligatorio, el Estado debe respondernos con ese asunto. El Estado también tiene la culpa de lo ocurrido, y es su obligación entregarnos a nuestros seres queridos. Acá quedamos abandonados, lo que ocurrió nos dejó totalmente desarraigados, entonces por eso no veo que eso sea una reparación, si como una obligación”.