La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), con su Sala de Reconocimiento, recibió hasta el pasado 28 de febrero, 272 observaciones de las víctimas, en rechazo de las declaraciones emitidas por miembros de la extinta guerrilla de las Farc, sobre el secuestro, principalmente.
Además, entre las observaciones también aparecieron cuestionamientos sobre delitos como desaparición forzada, toma de rehenes, entre otros.
“El 28 de febrero culminó la etapa de observaciones a las versiones, en la cual se consultó a 1.908 víctimas acreditadas dentro del caso 01 (secuestro o retenciones ilegales), se dio traslado de las versiones a las más de 700 que así lo solicitaron y se recibieron 272 observaciones individuales o grupales”.
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Un análisis preliminar hecho por la Sala de Reconocimiento sobre estas observaciones permite entender que la mayoría de las recomendaciones corresponden a “desacuerdos con lo afirmado por los miembros de la extinta guerrilla de las Farc sobre el trato que recibían las víctimas”.
Entre los temas recurrentes aparecen afectaciones a la integridad física y sicológicas sufridas durante el cautiverio por los malos tratos, “como los reportados por Ingrid Betancur. Otros temas sobre los cuales hacen denuncias las víctimas en sus observaciones son el hambre constante, las marchas sin compasión por el estado físico de los cautivos, el ser observados incluso al hacer sus necesidades físicas, ser objetos de burla e insultos de manera constante, y la falta de comunicación con sus familiares”.
Las víctimas también reportaron casos de violencia sexual, en especial contra las mujeres. “En general, las víctimas en sus observaciones consideran que los miembros de la extinta guerrilla no reconocen ni aportan verdad suficiente sobre los vejámenes que padecieron”, agrega la Sala.
Los otros cuestionamientos se enfocaron en la falta de respuesta de los miembros de las Far, el tono en el que realizan sus versiones, señalan que es falso que los campesinos apoyaban a las Farc, “cuando en realidad durante mucho tiempo estuvieron obligados por la fuerza de las armas y la amenaza del castigo”, entre otros aspectos.
