Nueva polémica en la Centro Esperanza por cruce de contratos entre Bogotá y Boyacá

Contratación en la Gobernación de Carlos Amaya y la Alcaldía de Claudia López causa polémica.

Carlos Amaya, exgobernador de Boyacá y precandidato de la Centro Esperanza, y Claudia López, alcaldesa de Bogotá FOTO REDES SOCIALES
Nombramiento de Germán Aranguren en Bogotá

Un supuesto cruce de favores por medio de contratos entre la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Boyacá desató otra tormenta que oscurece a la Centro Esperanza. Personas cercanas a Carlos Amaya, exgobernador de Boyacá y precandidato de la coalición, habrían recibido contratos en la capital y en contraprestación, a amigos y exfuncionarios de Claudia López y Luis Ernesto Gómez (su jefe de Gabinete) les habrían entregado puestos en el departamento vecino.

El hoy precandidato de ruana es cercano a la alcaldesa y a Luis Ernesto. No solo comparte partido con López, sino que es amigo del funcionario bogotano. Ambos asistieron a su matrimonio en Villa de Leyva, Boyacá, en abril de 2018 y, en julio, Gómez fue vinculado como asesor del entonces gobernador, con un contrato de $50 millones por seis meses. Dos años más tarde, Claudia López contrató a Amaya como asesor de su despacho por $90 millones de pesos.

Después de estos, han venido otros nombramiento, entre otros, el de de Ana María Gómez Londoño, hermana de Luis Ernesto Gómez, en el puesto de directora de la Unidad Administrativa de Relaciones Nacionales e Internacionales del departamento boyacense (14 de enero de 2020), en la Gobernación del miembro del verde, Ramiro Barragán. Y de Germán Aranguren Amaya, exdirector jurídico de la Gobernación de Boyacá, en la Secretaría de Gobierno de Bogotá (10 de enero de 2020).

Nombramiento de Germán Aranguren en Bogotá

Cruce de favores entre Bogotá y Boyacá sacude a Centro Esperanza

La denuncia, conocida por redes sociales, suscitó un nuevo choque interno en la coalición de centro. Esta vez, Juan Manuel Galán, precandidato del Nuevo Liberalismo, arremetió contra su coequipero, Carlos Amaya, y le pidió explicaciones al respecto.

“Las formas en política importan y no todo vale (...) yo creo que tenemos que tener estas conversaciones con transparencia, no estoy acusándolo, pero sí estoy pidiéndole que aclare esta información, pues ha habido más de una fuente que ha denunciado el intercambio de favores entre la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Boyacá”, le dijo Galán a EL COLOMBIANO, sobre la denuncia que no demuestra ninguna irregularidad pero sí, para él, una posible incoherencia sobre lo que proclama la coalición.

Amaya defendió los nombramientos, señalando que se trata de personas preparadas y que no por eso son clientelistas. Además, aseguró en Blu Radio que la denuncia tiene sesgo y “mala energía” en contra del departamento, “la colonia más grande de la capital”. Finalmente, les pidió a los Galán explicar por qué cercanos a su familia pueden recibir contratos y el racero no es el mismo en su caso.

Las implosiones de la Esperanza

Así las cosas, la disputa permanente de los hermanos Galán, Angélica Lozano y Claudia López, dejó al descubierto, otra vez, más fisuras en la coalición.

En esta pelea se cuenta la rencilla entre Carlos Fernando Galán con López, los cuestionamientos de voces como la de Iván Marulanda de la Alianza Verde a los Galán –no solo por el manejo del partido sino por su actitud en la coalición– y la aparente cercanía de la alcaldesa con Gustavo Petro.

“Claudia López ha estado detrás de un saboteo sistemático contra la coalición (...) quiere que la Centro Esperanza fracase, porque está preparando su escenario de 2026 de la Presidencia de la República”, dijo Juan Manuel a este medio.

Aunque López como alcaldesa incurriría en participación en política al responder, Lozano ha salido en su defensa varias veces. En entrevista con EL COLOMBIANO, señaló que existen diferencias con algunos miembros de la coalición, incluyendo a Galán: “Se llama campaña, uno, la que perdió y dos la que ya empezó”, opinó Lozano.

Una vez más, la pelea en la Centro Esperanza empezó en la arena pública y no privada, dinamitando aún más la convivencia en la colectividad.

La última pelea también tuvo que ver con supuestas prácticas clientelistas de los aliados del exministro de Salud, que terminaron motivando la salida exprés de Íngrid Betancourt de la Centro Esperanza.

Aunque Galán le dijo a este medio que nada de esto significa el fin de la colectividad, sí denota inestabilidad interna que le roba atención a las propuestas de los candidatos