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Del amor al odio pasaron los aspirantes del Centro Democrático. A un día para que se acaben las inscripciones fueron varios los rechazados para postular sus nombres en alcaldías y concejos del Valle de Aburrá. Puntualmente, el descontento está en Envigado, Copacabana, Girardota y La Estrella, en donde, de un momento a otro, varios quedaron mirando para el techo y sin aval.
Los precandidatos denunciaron que al interior de la colectividad no se respetaron los compromisos, mientras el partido dijo que utilizó los mecanismos acordados.
Lo que sucedió fue que en los últimos meses llegaron –como si fuera un reality– aspirantes de todos los rincones de Antioquia al Centro Democrático buscando un aval.
¿Por qué se dio esta avalancha? Además de tener la imagen del expresidente Uribe, su votación ha ido creciendo –en la primera vuelta de las elecciones presidenciales Duque sacó cerca de 1,4 millones de votos–, su logo es de amplia recordación y sus militantes se comportan como partido, lo que da garantía de confianza.
Para Carlos Builes, presidente de la Asociación colombiana de Ciencia Política, en el uribismo los avales son muy pedidos porque es el “único en Antioquia con legitimidad, imagen, militancia, y sabor antioqueño”.
Las grietas
Lo curioso es que los aspirantes que no fueron seleccionados, entre ayer y hoy, están buscando en otros partidos para no quedarse por fuera.
En Envigado, por ejemplo, fue el proceso más extenso. Agotó todos los mecanismos: foros, análisis de hojas de vida, entrevistas y encuestas. El elegido fue el concejal, Carlos Manuel Uribe, por encima del exconcejal, Andrés Torres. Uribe tenía el apoyo de la mayoría de congresistas y había ganado la votación en la dirección departamental, pero Torres triunfó en las encuestas.
Tan pronto se dio la decisión, Torres renunció al partido y avisó buscará aval en otra colectividad. “Hay falta de seguridad jurídica, no se respetan los estatutos. Fue un proceso amañado para favorecer a un candidato de los afectos de algunos matices del partido”, señaló.
Por su parte, en La Estrella, la colectividad tenía prevista una elección interna entre Charles Figueroa y Carlos Alberto Muñoz. Sin embargo, según Figueroa, hubo “un golpe de mano y un proceso poco transparente”. El resultado es que avalaron al candidato Juan Sebastián Abad, respaldado también por el liberalismo y otras 6 colectividades.
En Girardota, 12 integrantes de la dirección municipal renunciaron ayer, incluyendo los precandidatos a la alcaldía Germán Gómez y Rodolfo Sánchez, y tres precandidatos al Concejo.
“Desde hace un año, con los congresistas de garantes, concretamos como candidato único a la Alcaldía a Germán Gómez. Sin embargo, de la noche a la mañana, resultó que decidieron, unilateralmente, darle el coaval a Fernando Ortiz, candidato del partido de La U buscábamos derrotar”, dijo Jairo Cardona, secretario del comité municipal.
Esa fractura también está en Copacabana. Los aspirantes, Ramón Zapata y Robinson Palacio, no quedaron contentos con el aval a Carlos David Orozco, al punto que enviaron una carta a la directora nacional, Nubia Estela Martínez, señalando que contra Orozco hay un proceso por fraude procesal registrado en la Ventanilla Única.
Ramón Zapata indicó que “la dirección departamental entregó el aval a dedo”. Sumado a ello, afirmó que los 19 concejales renunciaron, tienen el respaldo del Partido Aico y ya están apoyando al liberal Aníbal Díaz.
La entrega de los avales
Para el director departamental de la colectividad, Horacio Arroyave, el Centro Democrático respetó los procesos acordados y utilizó los métodos democráticos posibles. Incluso, afirmó que cada decisión debe ser aprobada por el comité departamental que lo componen 25 miembros.
“El partido se demoró mucho en elegir a candidatos porque hizo foros, reuniones, encuestas, buscó consensos, para tomar la mejor decisión”, dijo el director.
Añadió que las reacciones son naturales ya que “el que gana y tiene el aval queda contento. El que pierde queda aburrido, cuestiona y critica, es muy humano”.
Lo cierto es que el Centro Democrático, y así lo reflejan los resultados electorales, viene creciendo en Antioquia. Quienes se lanzan por este partido tienen el “arrastre” que les da el logo de la colectividad. Una apuesta ganadora, pero en esta ocasión, no hubo cama para tanta gente.