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Después de tres meses, el Congreso vuelve a sesionar, con el inicio hoy del periodo que se extenderá hasta el 20 de junio. Serán tres meses que pueden ser claves tanto para el Gobierno como para los partidos de oposición y que marcarían el preámbulo de las elecciones de 2022.
Antes de empezar las sesiones, los partidos de oposición recibieron –en una misma semana– dos noticias importantes. Primero, la decisión del Consejo de Estado de devolverle a Ángela María Robledo su curul en la Cámara de Representantes. Y segundo, que el Consejo Nacional Electoral decidió concederles los 20 minutos de réplica que no pudieron usar el 20 de julio de 2019 por la llamada “jugadita” del senador Ernesto Macías (Centro Democrático).
Esto ha servido para que las colectividades opositoras –la Alianza Verde, el Polo Democrático Alternativo, el Partido Farc y la Lista de la Decencia– definan cuáles serán sus prioridades, que son, principalmente, tres: el asesinato de los líderes sociales, la implementación de los acuerdos de paz y el cuidado del medio ambiente.
“Tenemos mucho por decir y hacer frente a las solicitudes no resueltas en el paro, por el asesinato de líderes, por el acuerdo de paz y por nuestra lucha frente al cambio climático concentrada en la protección de los páramos y en contra del fracking y el glifosato”, resume la representante de la Alianza Verde, Katherine Miranda.
Sobre el tiempo que tendrán en televisión, concedido por el CNE en una decisión de la semana pasada, el representante verde Mauricio Toro resaltó que no solo es importante, sino también justo.
“Usaremos el derecho que tenemos a la réplica que nos concedió el CNE y que no pudimos usar el 20 de julio. Resulta importante, porque así podemos mostrar la otra cara de cómo está el país, distinto a lo que dice el gobierno. Esperamos que quien hable sea el senador Jorge Robledo”, dijo.
Y hay otro punto clave para los opositores: las declaraciones de Aida Merlano y los audios de José Guillermo “el Ñeñe” Hernández. David Racero, de la llamada Lista de la Decencia, resalta que esto hará parte de la agenda opositora. Prueba de ello es que en la Comisión de Acusaciones ya hay una denuncia en contra del presidente Iván Duque.
“Los debates de control político por los escándalos de la ‘ñeñepolítica’ buscarán generar tormentas mediáticas, que seguramente terminarán con presiones en varias agendas, pero que en el largo plazo podrían caducar en la Comisión de Acusaciones de la Cámara.”, explica el analista político Carlos Andrés Arias.
Miranda resume este tema y el trabajo de la oposición en el Congreso al afirmar: “no puede ser que nuestro país sea escenario de gravísimos hechos de corrupción y nosotros desde el Congreso seamos convidados de piedra”.
Para Iván Duque, existe la esperanza de que este periodo en el Congreso sea mejor que los de los dos primeros años, cuando se hundieron, entre otras, la reforma a la justicia y las objeciones a la JEP. Gracias a los cambios en los ministerios, incluyendo el nombramiento en el Ministerio de Interior de Alicia Arango, uribista de vieja data y que comprende las movidas del poder en el parlamento.
Por supuesto, los demás partidos también llegan con aspiraciones. Cambio Radical, La U y el Partido Conservador volverán al Congreso con ministerios a su cargo: los de Salud, Trabajo y Agricultura, respectivamente.
Todo esto, lleva a movimientos en el mapa de poder. “Cambio Radical será protagonista por la llegada de una ficha de Germán Vargas Lleras al gobierno, lo que ayudará a apalancar la agenda legislativa. Después vendrán los partidos Liberal, Conservador y por obvias razones el Centro Democrático”, explica Carlos Andrés Arias.
Por supuesto, la coyuntura del coronavirus, también impactará en las discusiones del legislativo.
Para Arias, “la emergencia sanitaria seguramente dejará discusiones abiertas para asumir la recesión económica por la pandemia. Esos temas serán recogidos en una posible reforma económica, que permitiría sacar adelante temas de empleo y de equidad”.