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En su búsqueda por dar muestras de ‘austeridad’ en el gasto público, el presidente Iván Duque ordenó hace seis días —vía decreto— recortes y cambios en su equipo de trabajo y terminó haciendo algunos movimientos que beneficiarían, en términos políticos, en mayor medida a su jefe de gabinete, María Paula Correa, quien es considerada como la mano derecha del mandatario, según fuentes del propio Gobierno Nacional.
Con la expedición del Decreto 1185, del pasado 30 de septiembre, el despacho de Correa recibió 12 funciones más. En la normativa que estaba vigente, expedida en 2019, tenía 20 responsabilidades, por lo que ahora tiene 32.
Entre las nuevas funciones hay un amplio enfoque internacional. Por ejemplo, se pone de manifiesto la necesidad de trabajar con la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC) para conseguir apoyo en el exterior, algo que en el pasado se limitaba solo a las Consejerías Presidenciales. Y se pide “impulsar y hacer seguimiento” a las iniciativas de la Presidencia en sus agendas bilaterales y multilaterales.
Con estas nuevas labores, Correa no solo podrá tomar más decisiones y tendrá más responsabilidades. También asume funciones que en teoría corresponderían directamente a los ministros de Relaciones Exteriores, Marta Lucía Ramírez, y del Interior, Daniel Palacios.
Precisamente, Duque le asigna tanta importancia en el ámbito internacional al papel de su jefe de gabinete que en visita oficial a España, en septiembre, ella fue quien posó junto a él y el rey Felipe VI, y no la canciller Ramírez.
Una alta fuente del Gobierno Nacional consultada por EL COLOMBIANO sintetizó lo que significaba Correa dentro de la Casa de Nariño. “Es el motor de la Presidencia”, dijo. Y precisó que es “eficiente, rigurosa, juiciosa, capaz y prudente”.
Desde el inicio del gobierno Duque, en agosto de 2018, la influencia de Correa ha cobrado más peso. En ese año se desempeñó como secretaria privada de la Presidencia y posteriormente, a inicios de 2019, se creó un cargo que calaba mejor con sus funciones y la envergadura de su poder en el gobierno: jefe de gabinete.
Ahora, el decreto 1185 le entregó a Correa 12 tareas que van más allá de los asuntos que se tratan en los salones de Palacio. Por ejemplo, el texto establece que el despacho de la jefe de gabinete tendrá que hacerles seguimiento al Congreso y a sus comisiones para mantener informado al Presidente sobre lo que allí suceda.
A su vez, la nueva normativa le traza una ruta de trabajo con el Ministerio del Interior, algo inédito para su cargo. El despacho de Correa tendrá que apoyar a esa cartera ministerial “en las relaciones del gobierno con partidos y movimientos políticos”.
Además, fuentes del Centro Democrático (CD), el partido de gobierno, le explicaron a este diario que Correa es cercana al expresidente Álvaro Uribe, pues fue cónsul en Nueva York (2009) y secretaria de Relaciones Exteriores en la Cancillería durante su gobierno y parte del de Juan Manuel Santos (2009 - 2013). Sin embargo, señalaron que hay sectores dentro del partido que consideran que le falta experiencia para tratar con las bancadas del Congreso y que su relación con la dirigencia del partido es “distante”.
La nueva normativa le entrega otras obligaciones relacionadas con mejorar la “atención a la ciudadanía”. Y pone de manifiesto que hay un fuerte enfoque internacional en sus nuevas funciones. Por ejemplo, subraya la necesidad de trabajar con la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC) para conseguir apoyo en el exterior, algo que en el pasado se limitaba solo a las Consejerías Presidenciales.
Y resalta que debe “impulsar y hacer seguimiento” a las iniciativas de la Presidencia en sus agendas bilaterales y multilaterales. Todo esto en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, hoy presidido por la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
Así mismo, con la desaparición y fusión de varias Consejerías, Correa tendrá a su cargo una dependencia menos que antes. De ahora en adelante la estructura de su despacho estará conformada por la Casa Militar; las Jefaturas para la Protección Presidencial y de Discursos y Mensajes; la Oficina para la Atención e Integración Socioeconómica de la Población Migrante, que fue creada por este último decreto; y cuatro Consejerías Presidenciales: la de Niñez y Adolescencia, la de Juventud, la de Comunicaciones, la de Información y Prensa y la de Regiones.
En el último revolcón organizacional, el despacho de la jefe de gabinete también tuvo cargos que se crearon y otros que fueron suspendidos. En otro decreto, el 1186, que también fue expedido el pasado 30 de septiembre, se lee que dos puestos dejaron de existir en el despacho de la jefe de gabinete y que se crearon otros seis