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Roy juega la carta proPetro con un pie en la disidencia

El presidente del Senado pide cerrar filas en torno a las reformas, pero critica las andanzas de la familia presidencial después de cinco días de silencio.

  • El presidente del Senado, Roy Barreras, rompió su silencio este lunes sobre los escándalos que salpicaron al Gobierno en la última semana. Antes, el sábado, había publicado una foto sonriente en redes (derecha) omitiendo comentar las polémicas de la familia presidencial. FOTO Cortesía
    El presidente del Senado, Roy Barreras, rompió su silencio este lunes sobre los escándalos que salpicaron al Gobierno en la última semana. Antes, el sábado, había publicado una foto sonriente en redes (derecha) omitiendo comentar las polémicas de la familia presidencial. FOTO Cortesía

Con su propio partido Fuerza de la Paz marchando, pero aún representando la agenda del Pacto Histórico, el presidente del Senado, Roy Barreras, rompió su silencio el lunes sobre las crisis que le estallaron al Gobierno de Gustavo Petro durante su retiro de cinco días.

Por una particular coincidencia entre la política y las recomendaciones médicas de su tratamiento para erradicar el cáncer, Barreras estuvo fuera de las canchas en la semana más difícil para el mandatario cuando salió a la luz el escándalo por presunto tráfico de influencias de su hijo, Nicolás Petro, otro que acentuó la polémica contra su hermano Juan Fernando por ofrecer cupos en la paz total y tras el secuestro por parte de campesinos a 78 policías.

Barreras aparece jugando a dos bandos: el del defensor del presidente que lo respalda en su determinación de pedirle a la Fiscalía que investigue a su propio hijo, y el de contradictor que cuestiona en micrófonos las salidas en falso de la familia presidencial.

Las dos facciones tienen igual número de caras. La primera, la faceta del Roy que sonríe ante la cámara vistiendo un jean con rotos y una camiseta con una calavera estampada el mismo día que se conocieron las pruebas del presunto tráfico de influencias de Nicolás –con chats de WhatsApp, un CDT por $600 millones y un pent house de $2.500 millones–; y la segunda, la del congresista de corbata que convoca a una rueda de prensa para apaciguar los ánimos en la bancada.

Barreras se fue en la semana de los escándalos y en los entretiempos del Congreso está trabajando en la estrategia de Fuerza de la Paz. Tiene un estratega político que le acompaña en la toma de decisiones, una lista de precandidatos a los que le daría aval para octubre y una colectividad que está formando rancho aparte del Pacto Histórico.

No ha confirmado que vaya a buscar la Presidencia en 2026 como posible sucesor de Gustavo Petro, pero no cierra la puerta a su aspiración respondiendo que es muy pronto para hablar de candidaturas para esa contienda. Lo cierto es que en medio de esa carrera para la próxima elección ya hay una aparición de, si se quiere, dos Roy Barreras.

Tal es su estrategia que terminó diciéndole al Gobierno que no haga más diálogos con narcotraficantes –a propósito del caso de Juan Fernado Petro– porque considera que esa tarea la hará el proyecto de ley de sometimiento que está en trámite en el Congreso y salió a reclamarle en micrófonos al Ejecutivo que condene la toma de la justicia por mano propia para que no se “humille” a la Fuerza Pública como sucedió en Caquetá.

El mismo Barreras ya tomó distancia de la ministra de Salud, Carolina Corcho, y de su reforma, de las otras ministras “activistas” como Susana Muhamad (Ambiente), y hasta de los superpoderes que pidió el presidente en el PND forjándose como una voz disidente dentro del Pacto Histórico pese a que sigue agitando sus banderas.

¿Hasta cuándo las promoverá? En la bancada del Senado se niegan a comentar sobre los silencios de su jefe político de la última semana y se limitan a decir que “quizás algunos no son tan activos “ con el respaldo al mandatario.

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