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Una gorra amarilla, una pistola 9 milímetros, tres cadáveres abaleados y un testigo aterrorizado fueron las pistas que llevaron a la cárcel a alias “Masacre”, uno de los presuntos cabecillas de la organización criminal “Tren de Aragua” en Colombia.
Se trata del venezolano Johnny Alexánder Reañez Cerven, a quien la Fiscalía judicializó por la matanza ocurrida en la madrugada del pasado 13 de enero en un parqueadero del barrio Los Chilcos, en la ciudad nariñense de Ipiales.
Ese día tres sicarios llegaron al sitio y mataron a dos adultos y una adolescente: Heivar Burbano, de 27 años; Ánderson Mora, de 20; y Karol Córdoba, de 17.
Un sobreviviente describió a uno de los matones que lo amenazó, poniéndole una pistola en el rostro. Su testimonio fue clave para llegar hasta “Masacre”.
La Policía lo capturó dos días después en su casa del barrio Bellavista, incautándole una pistola, un revólver, municiones, seis celulares y la gorra amarilla que usó el día de la matanza.
El análisis balístico arrojó un resultado de uniprocedencia entre las vainillas recogidas en el parqueadero y la pistola 9 m.m., es decir, que fueron expulsadas por esa arma, por lo que al extranjero le imputaron cargos por homicidio agravado y porte ilegal de armas. Ante el juez de control de garantías, se declaró inocente.
La sombra del “Tren”
El “Tren de Aragua” es una estructura de crimen organizado transnacional, originaria de Venezuela y con redes en Perú, Ecuador, Chile, Brasil y, recientemente, Colombia.
Su expansión en Suramérica se ha dado a la sombra de la vasta migración de venezolanos, huyendo de las precarias condiciones de su nación.
Se dedica al narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas, secuestro, extorsión y sicariato, entre otros delitos. Su máximo líder es Héctor Guerrero Flórez (“Niño Guerrero”), quien dirige al grupo desde la cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua.
Según fuentes policiales, aquí su organización tiene injerencia en Cúcuta, Bogotá e Ipiales, donde se asoció con bandas locales para administrar plazas de vicio y disputarle el control territorial a las facciones tradicionales. En la Capital, por ejemplo, sus incursiones produjeron una tenebrosa racha de descuartizamientos en 2022, que ocuparon los titulares de prensa.
En Ipiales sus actividades se hicieron visibles en 2021, cometiendo asesinatos para eliminar a las bandas competidoras en el mercado de drogas. Luisa Obando, delegada de la Fiscalía para la Seguridad Territorial, señaló que el jefe del “Tren” en dicha ciudad era Richard Yonjairo Reañez Cerven (“Jota Jota”), el hermano de “Masacre”.
Pese a estar en silla de ruedas, este hombre amenazaba a los comerciantes para que le pagaran extorsiones, enviándoles videos en los que mostraba pistolas y granadas.
El Gaula lo capturó el pasado noviembre, por lo que “Masacre” asumió la comandancia de la facción. Estuvo apenas dos meses al mando, pues no dudó en ejecutar lo que proponía su apodo.
Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.