Un intento de asonada desencadenó en la muerte del subintendente Ricardo Moroy Prieto, quien pertenecía al Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) y estaba en el departamento del Caquetá mientras intentaba controlar la violencia de una protesta indígena y campesina.
“Ya tenemos un compañero muerto central. ¿Qué estamos esperando central?, ¿qué nos acaben a todos? No puede ser posible. No puede ser posible”, se le escuchó a un uniformado mientras intentaba comunicarse con su base.
La protesta inició en la mañana de este miércoles 1 de marzo en el sector conocido como Los Pozos. Cerca de una planta petrolera, los campesinos y los indígenas empezaron una protesta por las condiciones de “miseria y pobreza” en las que viven.
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Las comunidades impidieron las labores logísticas de la petrolera y el ESMAD tuvo que intervenir. En medio de los enfrentamientos, resultó herido el uniformado Monroy Prieto, quien tenía39 años y dejó dos hijos, una niña de 9 años y un bebé de tres meses.
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“Desconcierta la manera salvaje con la que acabaron la vida del señor subintendente Ricardo Arley Monroy Prieto cuando protegía a personas atemorizadas por la arremetida de una jauría que privilegió el caos sobre el diálogo”, comentó el director de la Policía, General Henry Armando Sanabria Cely.
De acuerdo con Sandra Rodríguez Pretelt, secretaria de Gobierno de San Vicente del Caguán, el policía murió luego de recibir una puñalada en el cuello.
Medios regionales reseñaron el momento en el que 78 uniformados fueron obligados a subir a un camión. Después reportaron que los tenían retenidos –junto con el cuerpo de su compañero– en lo que parecía un salón comunal.
Se espera que en las próximas horas arribe al Caquetá una comisión del Gobierno Nacional para entablar diálogo con los campesinos.