Desde el pasado lunes, en el municipio de Lloró, en el vecino departamento del Chocó, se viene presentado un extraño fenómeno que tiene con los pelos de punta a estudiantes, padres de familia y población en general.
Se trata de raros síntomas que están presentando más de 21 estudiantes de los grados 9, 10 y 11 de la Institución Educativa Agroecológica Atrato de Lloró. Los residentes de la zona aseguran que los jóvenes sufrieron una “posesión demoníaca” porque uno de ellos, menor de edad, manipuló una tabla ‘ouija’ dentro del plantel académico.
En la mañana del pasado jueves varios estudiantes, en su mayoría mujeres, tuvieron que ser sacados del colegio y trasladados por sus mismos compañeros de clase hacia el centro de salud, porque se desmayaron y empezaron a gritar y a llorar sin aparente razón.
En el centro médico, manifiesta uno de los testigos de lo sucedido, los galenos les realizaron chequeos para establecer o descartar que esos comportamientos anormales fueran originados por algo explicable, como una intoxicación o por el consumo de algún alucinógeno.
Pero la situación se salió de control cuando el número de pacientes excedió los 20.
Al centro asistencial llegó el sacerdote Carlos Julio Bueno Valencia, encargado de la parroquia de Lloró. El religioso, al ver que tantos estudiantes estaban pasando por esta situación y que el centro de salud no daba abasto, pidió que algunos fueran llevados hasta su capilla donde estuvieron recostados en colchonetas y camillas portátiles, mientras se les suministraba suero.
De ese momento, recuerda el sacerdote, “las niñas seguían presentando alteraciones, también no coordinaban lo que decían, hablaban cosas muy extrañas”.
Por esto el religioso decidió recurrir nuevamente a los médicos a buscar una explicación científica. Asegura que ellos le dijeron que ya habían hecho todo lo que estaba a su alcance, pero no habían podido dar con un diagnóstico.
“Al parecer fue algo trascendental, una realidad que supera el límite científico. Puede ser una posesión”, señaló el sacerdote. “Pudo ser porque manipularon o invocaron fuerzas oscuras”.
Ante esta situación, el padre y la comunidad que estaba reunida en la capilla decidieron orar para pedirle a Dios que les diera tranquilidad a los estudiantes.
“Lo que hicimos fue orar con la comunidad; desde nuestro campo de la fe, le decíamos al Señor que les devolviera la salud a estos chicos, para que se pudieran integrar a sus actividades diarias y estuvimos haciendo oración”, agregó el párroco.
Este viernes la emisora “Lloró Estéreo” informó que los desmayos de los estudiantes se volvieron a repetir. El obispo Juan Carlos Barreto hizo presencia en la iglesia local para atender a los jóvenes que insisten en que están poseídos por espíritus.