Existen dos tipos de exámenes que ayudan a los profesionales de la salud a diagnosticar y tratar a un paciente según el tipo de enfermedad que pueda tener: los médicos y los de laboratorio.
Los primeros, son aquellos que practica el médico en su consultorio y en presencia de la persona que consulta. La consecución de los segundos, dependerá, más que todo, de los resultados obtenidos en el diagnóstico inicial.
El principal objetivo de los exámenes de laboratorio es ayudarle al especialista en salud a hacer un buen diagnóstico. En varias ocasiones el médico requiere apoyarse en estos exámenes para poder demostrar lo que está pensando después de haber hecho una historia clínica; y también, para hacer un seguimiento a un paciente una vez instaurado un tratamiento.
¿Previenen o detectan?
En este sentido, indicó el director general del laboratorio Clínico VID, Santiago Estrada, “en la fase inicial, servirían para ambas cosas. Hay exámenes que son para diagnosticar una enfermedad; por ejemplo, un paciente tiene una serie de síntomas y signos (que tiene sed, que está comiendo mucho o ha adelgazado), lo que nos podría indicar diabetes. Entonces hay que pedir exámenes para confirmar si tiene o no la enfermedad”.
“Es lo que llamamos exámenes de diagnóstico. Cuando el médico requiere confirmar un diagnóstico debe apoyarse en el laboratorio para que lo ayude a identificar si el paciente sí tiene lo que él está sospechando.”, explica Estrada.
Agrega el director del Laboratorio Clínico VID que hay otras pruebas, llamadas de seguimiento, para saber cómo va es la evolución de los pacientes. También están los exámenes de prevención, pruebas que se pueden hacer aunque la persona no presente ningún síntoma. Son los llamados chequeos periódicos.
Por ejemplo, si usted es de una familia en la que hay antecedentes de diabetes, lo más recomendable es que, periódicamente se practique exámenes para detectar si pudiera estar desarrollando esta enfermedad. Porque si bien hay que tener en cuenta su sexo, edad, estilo de vida y características físicas, no se puede olvidar que esta es una enfermedad con una lata carga hereditaria.
Teniendo en cuenta la historia médica familiar, y aunque la persona no presente síntomas, con algunas enfermedades se deben hacer los llamados chequeos periódicos.
“Cuando son enfermedades que se heredan, hay que hacer un diagnóstico temprano para ver si uno la puede frenar y no se le vaya a desarrollar”, señaló Estrada.
En este sentido, dijo la jefe de cirugías de urgencias del Hospital San Vicente Fundación, María Clara Mendoza, indicó que los médicos no piden exámenes, en general, para saber cómo resultan. “Se solicitan exámenes específicos de acuerdo a las condiciones, síntomas y hallazgos que tenga cada paciente”.
Para las personas de familias con antecedentes de diabetes, lo recomendado es hacer un examen de glicemia cada año. Si hay historia de cáncer de colon, y si es un paciente mayor de 50 años, lo ideal es hacerse una sangre oculta en materia fecal, anualmente.
10
a 15 milímetros de sangre
son los que extraen en el momento de hacer una prueba de laboratorio.
40
años es la edad en la que
los hombres deben empezar a practicarse los exámenes del cáncer de próstata.