Para que la piel no se reseque (descamación, picazón constante y marcación de las líneas de expresión del rostro) necesita estar humectada e hidratada.
Los productos humectantes hacen que se retenga el agua de la piel y se evite su pérdida por la evaporación y los hidratantes, le aportan agua y vitaminas a la piel, para sus funciones metabólicas.
Este órgano, el más extenso del organismo, debe estar limpio antes de usar el humectante o hidratante, el primero debe aplicarse al comenzar el día, después del baño, porque también ayuda a proteger la piel del humo, el aire y la contaminación; y el segundo, en la noche, al momento de acostarse, pues de esta forma los nutrientes y vitaminas penetran todas las capas de la piel durante la restauración del organismo.
Hay humectantes e hidratantes simples, compuestos por aceites vegetales, recomendados para pieles jóvenes; y complejos, para pieles maduras, a base de sustancias activas, vitaminas, sales y minerales. Natalia Vélez Lagoueyte, dermatóloga y coordinadora de Dermatología de la Universidad CES, explicó que la hidratación del cuerpo debe hacerse diariamente.
Además, si la persona tiene piel grasa en la cara, los productos hidratantes que utilice no deben ser en crema, porque es grasosa, sino en loción, emulsión, suero o gel, que son acuosos. Por el contrario, si la persona tiene piel seca, el hidratante debe ser en crema.
El dermatólogo Hernando Marín Castro, indicó que la piel debe tener del 10 al 15 por ciento de agua para que no se deshidrate y se torne seca (áspera, apagada, frágil, más propensa a enfermedades cutáneas y con arrugas). Para evitar la resequedad de la piel, aconseja, usar un jabón de ph neutro o aceites de ducha, pero solo en las axilas, genitales y pies, bañarse en un tiempo no mayor de diez minutos, con agua tibia y no usar ni esponjas ni estropajos.