El secuestro de Iber Angulo Zamora, quien fue obligado por hombres armados a bajarse de una lancha de la Defensoría del Pueblo y de la Personería de Buenaventura el pasado sábado, prendió las alarmas por la situación que viven cientos de personas que habitan en la cuenca del río Naya, en límites de los departamentos de Valle del Cauca y Cauca.
A parte de que se trató de una clara infracción al Derecho Internacional Humanitario (violentar una comisión humanitaria), la Defensoría del Pueblo exigió que los ilegales regresen con vida a Iber, quien habita en la vereda San Juan Santo del municipio de López de Micay, Cauca.
Mauricio Redondo, Delegado para la Prevención de Riesgos y Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, afirmó que la actual situación que se vive en la cuenca del río Naya, donde delinquen varios grupos de las disidencias de las Farc, es muy complicada y lo que ocurrió con el líder es una clara evidencia de ello por lo que el riesgo de un desplazamiento masivo es grande.
“No tenemos una cifra exacta de la cantidad de gente que está en peligro. Nosotros estamos en este momento en la emisión de una alerta temprana que actualizaría informes de riesgo que ya hemos emitido, pero esta situación que se ha presentado nos obliga a pronunciarnos a través de una alerta temprana en la que identificaremos cuáles son las poblaciones y comunidades en mayor riesgo”, explicó el funcionario.