Fieles a sus convicciones y credo, los máximos jerarcas de la Iglesia Católica quisieron ver el vaso medio lleno y –sin perder la fe– destacaron que el encuentro que convocaron ayer entre los principales representantes del poder en Colombia estuvo marcado por la “confiabilidad” y el respeto. Y si bien fue una reunión cordial y fraterna, no estuvo exenta de la tensión.
Los 19 participantes del almuerzo suscribieron un sentido documento en el que desde ya se comprometen a “desarmar y armonizar la palabra, y a rechazar todo tipo de violencia”. Sin embargo, al menos dos fuentes que estuvieron presentes en la reunión le confirmaron a EL COLOMBIANO que hubo un momento de debate en el que el magistrado Jorge Enrique Ibáñez decidió pedir permiso para retirarse. Y así ocurrió.
En un momento dado, coincidieron, el primer mandatario se tomó la palabra y –aunque la nuez del almuerzo era apaciguar los ánimos y conservar las buenas formas–, el jefe de Estado comenzó a lanzar pullas frente al trámite de la reforma laboral y la consulta popular que convocó por decreto, pese a la determinación del Senado. No solo indispuesto por la tesis del presidente, sino por temor a una recusación, Ibáñez resolvió retirarse.
En el pronunciamiento firmado por los presidentes de las altas cortes, el registrador Hernán Penagos, el procurador Gregorio Eljach, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, o la fiscal Luz Adriana Camargo, los altos dignatarios del Estado reconocieron que, tanto a nivel mundial como local, persiste un contexto marcado por “profundas tensiones, contradicciones y transformaciones”.
Sin embargo, se comprometieron no solo a escucharse y valorarse “en hermanad”, sino a rechazar todo tipo de violencia como forma de resolver los conflictos políticos y sociales. Lo anterior, ante el enrarecido ambiente político que persiste tras el atentado que tiene entre la vida y la muerte al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del Centro Democrático.
“Llamamos a mantener viva la esperanza en nuestro país e invitamos a que este tipo de encuentros se repliquen en los espacios donde sea necesario”, señalaron en la misiva, al tiempo que elevaron una oración tanto por Uribe Turbay como por quienes en todos los rincones de los territorios “sufren hoy a causa de la violencia”.
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco Javier Múnera, destacó que este primer encuentro es la semilla para propiciar un “clima de entendimiento, diálogo, escucha y respeto”. A su turno, monseñor Héctor Fabio Henao señaló que el objetivo es “replicar este ejercicio de diálogo en toda la Nación para que entre todos los niveles podamos encontrarnos”.
Los jerarcas confirmaron que quedó sobre la mesa el compromiso también de avanzar en otros encuentros y reuniones entre cabezas del poder buscando llegar a la unidad nacional. “Este es un camino y este es un paso fundamental lograr crear una pedagogía de la palabra y la escucha. Esto es como encender una pequeña llama que puede ir abriendo caminos”, concluyó monseñor Rueda.
Aunque se declaró confiado de que haya más encuentros, el cardenal Luis José Rueda Aparicio señaló que hasta ahora este es una primera reunión y que se busca seguir construyendo confianza.
“Este almuerzo es el primer paso, pero pueden venir procesos posteriores. Aquí no íbamos a entrar a las grandes definiciones. Nuestro encuentro no vino con las partes técnicas ni las grandes decisiones. Ellos (las cabezas del poder) tiene su misión desde el Estado. Hoy se trataba de encontrarnos, escucharnos, respetarnos y darnos un primer paso en una pedagogía que le puede servir al país para caminar juntos”.