Frío fue el empate 0-0 entre Colombia y Perú. La algarabía y la alegría que trajeron los aficionados cafeteros al estadio de Temuco no se tradujo en una victoria por parte de los futbolistas al campo de juego.
Se notó el desgaste que habían realizado ante Brasil y Perú estuvo concentrada durante los 90 minutos para sacar un resultado que la dejó clasificada a la próxima ronda.
Sin embargo, la suerte premió a los cafeteros y gracias a que hubo un ganador entre Venezuela y Brasil, la Selección avanzó a los cuartos de final, en los que deberá retomar su buen rendimiento para aspirar a las semifinales y jugar una probable final.
Todo el reconocimiento es para los hinchas colombianos que nunca abandonaron al combinado patrio pese a la irregularidad frente a los incas que por segunda ocasión consecutiva pusieron aprietos a los cafeteros en el máximo torneo continental.
De nuevo se vieron las caras pintadas, los sombreros, la ruanas tricolores, las banderas, se escuchó la cumbia y los pitos. El Himno Nacional se cantó a todo pulmón y la esperanza siguió viva. Tanto que ese positivismo sirvió para que hubiera ganador entre auriverdes y patriotas. Fue un premio a la angustia, la fe y al optimismo que caracteriza al grupo de jugadores.
Los dirigidos por José Pekerman deberán retribuirles eso a los aficionados en la siguiente fase, porque si no recuperan la actitud con la que jugó ante Brasil difícilmente accederán a las rondas definitivas del certamen que irá hasta el 4 de julio en territorio austral.
La mancha amarilla se tomó Temuco, un pueblo pequeño y muy jovial que cambió su rutina al ver la alegría de los tricolores que llegaron de todas partes del país, los peruanos eran más tímidos y sabían que por delante tenían un rival más fuerte que ellos, pero confiaban en dar la sorpresa y lo lograron avanzando de segundos.
Los gritos de los colombianos ahogaron a los de los incas, pero en la cancha no fue al mismo precio y, aunque por ese empuje del público Colombia terminó acorralando a Perú en varios pasajes, no pudo poner a celebrar a sus seguidores.
La Selección, consciente de que una victoria le aseguraría un mejor lugar y le evitará el enfrentamiento con Argentina en los cuartos, apuró en el remate del encuentro gracias a las variantes, en especial al ingreso de Víctor Ibarbo y Jackson Martínez, quienes animaron el ataque ante la pasividad de Teófilo Gutiérrez, James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado.
Aunque las opciones claras fueron escasas, los minutos finales se jugaron más en predio del onceno peruano, que apeló a su seguridad defensiva para mantener el empate que los mandaba a la siguiente ronda como los segundos del Grupo B.
Colombia, con más ganas que fútbol, y llena de buenas intenciones pero escasas de claridad, no encontró la llave para vulnerar el arco rival y tuvo que conformarse con el 0-0 final que lo puso a sufrir.