León González tiene 80 años. Acompaña la arepa y el tinto con las páginas de EL COLOMBIANO cada mañana. Su relación arrancó en su casa desde que aprendió a leer. Nada ha cambiado, salvo que ahora usa una lupa para revisarlo: desde su portada hasta su contraportada. No se salta nada, nunca lo ha hecho. Le pasa igual a Jaime Arango, quien se levanta, recoge el periódico, prepara el tinto y se sienta a informarse. Primero lee Deportes, luego Tendencias y deja al final Actualidad y Metro. Si no están las letras se siente raro, no comienza bien. Para él es normal: tiene casi 50 años y desde niño el diario lo ha acompañado casi todos los días. Es una tradición.
Magdalena Restrepo, en cambio, lo hojea primero, va de la página uno a la última, luego se devuelve al crucigrama, toma el lápiz y empieza. El gato se le hace a un lado y le tapa la mitad, así que se concentra en la parte que le deja libre el minino. Luego lee durante el resto del día, de a poquitos, para que no se le acaben tan rápido ni las lecturas ni se llenen de una sola vez los cuadritos.
Tres lectores que coinciden en que por estos días han encontrado en el periódico una triple función: información confiable en épocas en que circula tanta y tan poco confiable, compañía y entretenimiento. Agradecen tenerlo en la puerta de su casa o en la portería de su unidad. Es un objeto preciado con el que interactúan en tiempos de pandemia, entonces surge una inquietud: ¿puede ser un medio de transmisión del coronavirus?
Esa pregunta se la han planteado varios lectores y también, varios medios de comunicación, incluyendo la Asociación Internacional de Medios de Noticias (Inma). Su director ejecutivo y Ceo, Earl J. Wilkinson, escribió en un artículo publicado en la web oficial en marzo de este año: “Nunca ha habido un incidente por el cual el virus que produce la covid-19 se haya transmitido desde un periódico impreso, una revista impresa, una carta impresa o un paquete impreso, según los mejores médicos y científicos del mundo”. Hasta ahora, 90 días después, sigue vigente su afirmación, que la hizo a partir de la guía de la Organización Mundial de la Salud, el Journal of Hospital Infection, el Instituto Nacional de alergias y enfermedades infecciosas de Estados Unidos y el Centro John Innes.
El nuevo coronavirus se transmite, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por contacto entre una persona infectada y una sana, a través de gotículas que proceden de la nariz o la boca y que salen cuando quien está enfermo tose o exhala. De ahí, dice la OMS, la importancia de mantenerse mínimo a un metro de alguien enfermo. También cuando esas gotículas caen sobre los objetos y alguien los toca hay una posibilidad, aunque no basta con eso: debe tener contacto con la mano y llevarla a la nariz, la boca o los ojos. Esa es la manera en la que el virus entra al cuerpo: se entra por esos órganos. Por eso la repetición de los médicos por estos días: ya que no hay vacuna, la mejor manera de prevenir es lavándose las manos, porque así se mata a los virus que pueda haber en esta.
Entonces, ¿cuánto sobrevive el virus en una superficie? Todavía no hay suficientes estudios. Los que se conocen hasta la fecha y reseña la OMS en su sección de preguntas y respuestas precisan que lo más importante que hay que saber sobre el contacto del coronavirus con superficies es que estas se pueden limpiar fácilmente con desinfectantes domésticos comunes que matarán el virus. “Diversos estudios han demostrado que el virus de la covid-19 puede sobrevivir hasta 72 horas en superficies de plástico y acero inoxidable, menos de 4 horas en superficies de cobre y menos de 24 horas en superficies de cartón”, dice la organización. También hacen la precisión: “La posibilidad de que una persona contamine bienes comerciales es baja y el riesgo de contagiarse por un paquete que se ha movido, ha viajado y se ha expuesto a diferentes condiciones y temperaturas es igual bajo”.
Todavía no hay estudios que muestren cuánto dura, por ejemplo, el virus en la ropa, en el papel o en otros materiales. Sin embargo, la Inma analiza el estudio señalado: el nuevo coronavirus dura más en superficies lisas y no porosas, y su fuerza disminuye rápidamente cuando se expone al aire: “Pierde potencia cada 66 minutos, es solo un octavo de infeccioso después de tres horas de aterrizar en la superficie. Seis horas después, encontraron los investigadores, la viabilidad es de solo el 2 %”.
Si bien en el cartón no es viable después de 24 horas, si se expone al aire la viabilidad disminuye. Así, según la Inma, “para el papel periódico, que es mucho más poroso que el cartón, la viabilidad del virus es probablemente aún más corta. Los periódicos son aún más estériles debido a la tinta y al proceso de impresión por el que pasan. Los editores están protegiendo a los empleados, distribuidores y clientes a través de precauciones de salud y seguridad en las plantas de impresión, centros de distribución, quioscos y entregas a domicilio”. En un estudio publicado en The Lancet a principios de mayo, y hecho por especialistas de la Universidad de Hong Kong, a 22 ºC y 60 % de humedad se dejó de detectar el virus luego de 3 horas sobre superficies de papel.
La conclusión más importante es la que se ha repetido: la limpieza es fundamental. Piense en esto: todo el tiempo está en contacto con objetos y sería muy difícil no tocar nada. El poyo de la cocina tiene acero inoxidable, también algunas manijas de las puertas. Hay plástico en la botella de agua. Tocar hace parte de la vida diaria. William Keevil, profesor de Salud ambiental de la Universidad de Southampton, dijo en el portal Science Media, refiriéndose al estudio que se hizo en marzo y se publicó en The New England Journal of Medicine, y en el que se comparaban dos de los coronavirus más parecidos, el SARS-Cov-1 y el SARS-Cov-2 (este causa la covid-19), que como los coronavirus sobreviven por días en superficies que se tocan, por eso es tan importante enfatizar en la limpieza: una buena higiene personal, lavarse las manos rigurosamente y no tocarse los ojos, la nariz ni la boca. Eso, precisa él, es lo más difícil: “Los humanos son personas táctiles y se tocan la cara muchas más veces por hora”. Qué significa: no se trata de dejar de tocar, si no de limpiar bien lo que toca y sus manos.
Así que puede seguir informándose y disfrutando, y luego agua y jabón. Las precauciones y la limpieza son fundamentales. No lo deje de leer, que lo informa y lo acompaña.
El COLOMBIANO ha tomado medidas en todos los procesos para disminuir los riesgos, afirma Pablo Gómez, gerente de este diario. “Nuestro principio rector es la protección de la vida con todas las medidas de bioseguridad. Con nuestros empleados hacemos medición de temperatura, encuestas tres veces por semana para entender cuál es su ambiente personal y familiar y si han tenido síntomas. Todo el acceso a la sede de cualquier persona se hace mediante un protocolo estricto, se incentiva a los trabajadores que no necesiten ir al periódico que trabajen desde casa y en el tema de producción y reparto hemos tomado medidas adicionales de dotación de elementos de protección personal como tapabocas y antibacterial”.
Gómez explica que es bueno que el público conozca que el proceso de impresión del periódico se hace de manera automática, “es muy aséptico”.
Jorge Varón, gerente de Producción de EL COLOMBIANO, detalla cómo el rollo gigante de papel se lleva en una máquina hacia la rotativa y allí comienza todo un proceso físico químico, “usamos tintas y soluciones fuentes (agua), a estas les estamos adicionando alcohol isopropílico para que en la zona de no imagen, en donde se ve el papel, quede impregnada de esa solución fuente, que son tensoactivos, jabones más alcohol”.
La bacterióloga Lilliana Saldarriaga señala que en el caso del periódico primero hay que decir que el papel es inerte y que cuando se imprime, las tintas tienen un efecto que acaba con los patógenos que hay en ese momento y son pocos los microorganismos capaces de sobrevivir.
Sobre la medida de adicionar alcohol isopropílico a las tintas y soluciones fuentes, detalla que “es buena ya que se ha demostrado que este componente tiene un efecto sobre las bacterias y los virus y de hecho es la base para muchos desinfectantes, y en los estudios que se han hecho (como el publicado a mediados de abril en la revista Emerging Infectious Diseases por científicos alemanes) se ha comprobado que tiene un efecto sobre la covid-19”.
Varón explica que el proceso de impresión es “a una alta velocidad sin contacto humano directo”, ya cuando salen los periódicos se hacen paquetes para su distribución que “solo manipula una persona que cumple con todo el protocolo de bioseguridad de la empresa, tapabocas, lavado de manos, distanciamiento, etcétera, y además la planta de producción se limpia y desinfecta diariamente con jabones industriales y desengrasantes”.
Jaime Jaramillo, gerente de Audiencias de EL COLOMBIANO, describe los dos modelos de distribución del periódico. Uno para suscriptores y otro de venta en calle. Cuando el producto sale de la planta de producción se entrega en unos camiones que van a unos centros de despacho y taquillas repartidas en el área metropolitana.
Un punto para los 120 repartidores que entregan las suscripciones y 22 taquillas para los 400 voceadores que están trabajando hoy (antes de la pandemia eran 800). “A todos ellos, se les entrega antibacterial y tapabocas, se verifica que estén en la plataforma Medellín me cuida, se les mide la temperatura y si tienen algún síntoma de gripa se mandan para la casa”.
Gómez recuerda que el periódico dejó de circular en la calle entre el 20 de marzo y el 15 de abril, “a pesar de que nosotros siempre estuvimos exentos desde el primer decreto nacional, departamental y municipal por ser medio de comunicación, pero nosotros, buscando la protección de los voceadores, tomamos la decisión de dejar de circular para proteger a estas personas y establecer los protocolos de bioseguridad adecuados”.
Cuando el 16 de abril regresó la venta de calle lo primero que se hizo fue que los voceadores mayores de 60 años no trabajaran y con la campaña Adopta un voceador se está cubriendo el ingreso de 197 de ellos hasta agosto, “para no ponerlos en riesgo”, anota Jaramillo. El gerente recalca que fue gracias “a la fundación Clásico EL COLOMBIANO y a los aportes del público que hemos logrado mantener el ingreso de estas personas”.
Quienes están hoy en la calle andan en algunos barrios vendiendo el periódico a la vieja usanza: “Colombianooooo, Qué Huboooooo”, se escucha con esa o alargada. Así se vendía el periódico antes, “nos tocó volver al modelo tradicional de vocear por los barrios, un tema que ha traído nostalgia y recuerdo para los mayores e impacto para mucha gente que nunca los había escuchado”.
Todos los consultados coinciden en una invitación final: es importante seguir informándose, siempre con fuentes confiables. Jaramillo agrega que “no solo con el periódico sino con cualquier producto que se manipule, la recomendación es lavarse bien las manos y evitar tocarse la cara”. El autocuidado es el mensaje que siempre debe quedar
El diario norteamericano explicó a sus lectores que su proceso de producción es automatizado. “En la mayoría de los casos, la única persona que maneja su papel y la bolsa de plástico es el transportista de distribución. Hemos instituido los protocolos recomendados por los Centros para el Control de Enfermedades en nuestra planta de impresión y centros de distribución”. Quienes supervisan impresión y seguridad están yendo al periódico, pero el otro personal como periodistas y editores trabajan desde casa, y su decisión es no exigir que regrese a las oficinas por lo menos hasta enero de 2021. “La compañía ‘honrará la decisión’ de cualquier empleado”, dijo un portavoz a Publishers Daily, quien añadió que hay una guía para los cerca de 4.000 empleados “para que tengan claridad y flexibilidad para planificar el resto del año”.
Periodista, presentadora y locutora. Fui DJ de radio, reportera de televisión y ahora disfruto el ejercicio de escribir a diario. Melómana, cinéfila y seriéfila.