“Estudios indican que el pico en Medellín llegaría en 15 días”: Quintero

A Daniel Quintero la llegada al cuarto piso (40 años) lo sorprendió el pasado domingo aislado, asintomático, lejos de su familia y con la incertidumbre de una contraprueba. Ayer, tras confirmar que dio positivo para el virus causante de la covid-19, dialogó con EL COLOMBIANO vía telefónica sobre su estado de salud y el de su círculo cercano, de los retos que se vienen en las próximas dos semanas de cara al pico de la pandemia y del debate sobre si es necesario —y viable— traer personal médico del extranjero.

¿Ha tenido algún síntoma de la enfermedad?

“Soy una de esas personas que hacen parte de 80 % de asintomáticos, pero puedo contagiar y por eso hay que guardar cuidados y que las personas que están conmigo sean siempre personas que previamente fueron contagiadas. Estamos en el Puesto de Mando Unificado (PMU) de aislamiento”.

¿Diana (su esposa) y sus dos hijas cómo están, hace cuánto no está con ellas?

“Están muy bien, gracias a Dios. La última vez que las vi fue hace 20 días, por una decisión mía de aislarme de mi familia de cara al pico de la pandemia, porque sabíamos que me podía contagiar y quería proteger el proceso de recuperación de la bebé (Aleia)”.

Cada vez era más posible contraer el virus debido a las reuniones con gente de la Gobernación y de Bogotá (Gobierno Nacional), visitas a hospitales y zonas de contagio donde hacemos patrullajes”.

¿Qué pasa si en algún momento no puede gobernar por la enfermedad?

“Aplicamos un esquema de burbujas, que es una metodología que garantiza la continuidad de empresas e instituciones. Cada miembro del gabinete tiene un reemplazo (en su caso Juan Pablo Ramírez, secretario de Participación) y uno nunca se ve de manera presencial con esa persona, para evitar que los contagios ocurran al mismo tiempo.

La otra estrategia fue crear un PMU de aislamiento donde quienes resultáramos contagiados pudiéramos estar aislados, aquí estoy desde el sábado. Es en el Valle de Aburrá, lo que garantiza cercanía con los centros médicos especializados en caso de que sea necesario. Aquí tenemos toda la tecnología necesaria para seguir controlando los aspectos que hoy requiere la ciudad”.

¿Se puede considerar que hay un brote en la alcaldía?

“No alcanza a ser foco. Tenemos a la secretaria de Cultura (Lina Gaviria) saliendo ya de su aislamiento, otros funcionarios que superaron ya la enfermedad, pero por las medidas de bioseguridad no alcanza a ser un brote. Hay una particularidad y es que todo mi cerco, en principio, salió negativo. Igual hay sospechas que algunos de ellos pasan por una etapa de contagio inicial y por eso hay que repetir las pruebas en siete días”.

¿Se apresuró a pedir el apoyo de personal de salud extranjero sin tener en cuenta a los gremios médicos?

“Teníamos que rogar mucho para que nos abrieran camas (UCI), pero no era porque los hospitales no quisieran sino que argumentaban que pese a tener los ventiladores no habían encontrado personal. Eso generaba una presión y si eso era en este momento imagínese en un mes cuánto personal vamos a necesitar. Lo que se acordó el pasado lunes es un modelo de guerra, y es que los intensivistas y el resto del personal de salud se dupliquen y tripliquen. Ahora un intensivista atendía a 12 pacientes y ahora va a atender 20, y más adelante hasta 40 con la ayuda de anestesiólogos y cirujanos”.

El gran logro de esta crisis que se generó es que será más fácil abrir más camas de cuidados intensivos y poder cumplir nuestra meta de 1.000 UCI. Sin embargo hay escenarios en los que los gremios médicos, y el Gobierno Nacional, reconocen que sería necesario traer gente de afuera. Acá hay un debate técnico y otro político. Hoy no sabemos con certeza si vamos a necesitar personal extranjero, pero primero se agotan otras etapas. Yo me dedico a lo técnico y la gente puede tener la tranquilidad que no los vamos a dejar morir en las calles o en los corredores sin atención como ocurrió en otros países”.

¿Cuál es la radiografía actual de las camas UCI?

“Hay poco más de 700. Con la reunión del lunes varios hospitales se comprometieron a habilitar camas que estaban pendientes y abrir 95 más con otros ventiladores que llegarán. Eso nos da algo de tranquilidad y, además, tenemos en un escenario muy grave otras camas UCI (200) que entrarían a operar con los ventiladores desarrollados en Medellín. Todo depende de la disciplina ciudadana y de que seamos juiciosos. Algunos estudios hablan de que eventualmente el 12 de agosto podría finalizar el pico y comenzaría una meseta. Se vienen los 15 días más retadores para la ciudad” .