Un plan para el mundo tras la pandemia

Líderes globales buscan soluciones para construir un mejor futuro, pero, ¿son viables sus propuestas?

  • Expertos consideran que comprender a la naturaleza como fuente de la salud humana es el punto de partida y filosófico para lograr días venideros de más bienestar. FOTO Carlos Velásquez
    Expertos consideran que comprender a la naturaleza como fuente de la salud humana es el punto de partida y filosófico para lograr días venideros de más bienestar. FOTO Carlos Velásquez
Por Sergio Andrés Correa | Publicado

EL COLOMBIANO está haciendo una cobertura completa con los artículos más relevantes sobre el coronavirus y para lectores de todas las edades. Encuentra lo que debes saber de la pandemia aquí.

En medio de la crisis, el planeta busca esperanza. Mensajes de toda procedencia invitan a aprovechar la crisis para replantearnos el uso que le hemos dado a los bienes naturales y para buscar alternativas para construir mejores entornos cuando pase la pandemia. Pero, ¿qué tan aterrizadas son esas ideas?, ¿qué tan viable es que los gobiernos y los ciudadanos estén dispuestos a explorar posibilidades de cambio?

Estas preguntas las empezó a plantear la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde el pasado 28 de mayo, cuando se sumó a los gobiernos de Jamaica y Canadá para realizar una convención virtual, con el objetivo de acelerar la respuesta global a los impactos económicos y humanos de la pandemia de coronavirus.

“La pandemia ha demostrado nuestra fragilidad. Pese a todos los avances tecnológicos y científicos de las últimas décadas, nos encontramos en una crisis humana sin precedentes a causa de un virus microscópico. Necesitamos responder con unidad y solidaridad. Y un aspecto clave de la solidaridad es el apoyo financiero”, dijo ante los representantes de las naciones el secretario general de la ONU, António Guterres.

El secretario añadió que sería “pura arrogancia” ignorar estas alertas y que “las amenazas a la existencia demandan humildad, unidad y solidaridad. No podemos contemplar un regreso a los mismos sistemas y prioridades que han fallado. Tenemos que invertir en una recuperación sostenible e incluyente. Muy a menudo, la prisa y la avaricia han triunfado sobre la compasión, la solidaridad y la humanidad”.

Como producto de la convención, los mandatarios definieron una ruta de acción. El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, explicó que las representaciones de los países se dividirán en seis grupos de trabajo, que por temáticas abordarán distintas problemáticas. Durante el año se presentarán tres informes: en julio, en septiembre y en diciembre.

Uno de los insumos para el debate en las mesas es un manifiesto construido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir de las recomendaciones allegadas por los representantes de cerca de 40 millones de trabajadores de la salud.

El documento presenta una guía de seis puntos que, a partir de la idea de forjar un futuro mejor, abarca medidas ecológicas, económicas, políticas y urbanísticas, que permitirán una recuperación “verde y saludable” después de la pandemia.

En el Día Mundial del Ambiente, EL COLOMBIANO consultó con expertos de diferentes áreas del conocimiento la viabilidad de estas acciones, así como los retos previos a los que las naciones deben enfrentarse para llevarlas a cabo.

Contexto de la Noticia

preservar la naturaleza como fuente de la salud humana

Naciones Unidas advierte que las presiones humanas sobre la deforestación, como las prácticas agrícolas intensivas y contaminantes, y el manejo inseguro de la vida silvestre, disminuyen la cantidad del aire, agua y alimento limpios, que son parte del ambiente natural, crean sociedades humanas saludables y alimentan las economías. El magíster en Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional, Francisco Javier León, indica que para ello “la humanidad debe superar la visión antropocéntrica de la vida. Es cierto que administramos la naturaleza, pero ese uso indiscriminado de los bienes naturales es el que nos ha llevado a situaciones como la covid-19. El cambio tiene que partir de una filosofía. Cumplirlo será complejo, porque actualmente tenemos líderes mundiales que no están dispuestos a promover ese cambio de pensamiento”.

Invertir en servicios esenciales

La ONU señala que la crisis del coronavirus expuso a millones de personas que no tienen acceso a los servicios más básicos para proteger su salud. Por ejemplo, ese organismo calcula que un 40 % de los hogares en el mundo no cuentan con lavamanos y que una cuarta parte de todas las muertes son causadas por riesgos ambientales y laborales evitables. Daniel Cardona, doctorando en Desarrollo y Cooperación de la U. Politécnica de Valencia, explica que este punto es coherente con el modelo ONU que le apuesta a la reducción de las desigualdades, pero “la clave está en hacerse preguntas. Estados como el colombiano, que todavía tienen tintes de corrupción, ¿están preparados para garantizar condiciones mínimas vitales para todos?, ¿quién los va a regular? Eso es lo primero que tendría que estar claro”.

Asegurar una transición energética rápida

Un 90 % de pobladores del planeta respiran aire altamente contaminado, lo que produce una de cada ocho muertes, según la ONU. Asimismo, dos tercios de las emisiones resultan del uso de combustibles fósiles que inciden directamente en el cambio climático. Pero, advierte el organismo, “las energías renovables continúan bajando de precio y aumentando la confiabilidad”. Alejandro Álvarez, coordinador de Cultura Ambiental de Eafit, apunta que “la transición energética ya no es un problema tecnológico y ahora es un asunto de voluntad política y económica. Si bien esta no es una labor exclusiva del Estado, éste si puede dinamizar mucho, por ejemplo, reconvirtiendo su infraestructura para aprovechar las energías renovables. El cambio es posible, pero ¿qué tan dispuestos estamos los ciudadanos a presionar y aportar para que ocurra?”.

Promover sistemas alimentarios sostenibles

El coronavirus ha sido implacable en pacientes con enfermedades causadas por el hambre o el consumo de dietas poco saludables. En ese sentido, la ONU plantea que la agricultura a gran escala y la destrucción de tierras para criar ganado “contribuye aproximadamente un cuarto de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”. En este punto, Francisco Javier León acota que “la agricultura y la ganadería extensiva son más contaminantes, incluso, que la minería. En este caso se debe voltear la mirada hacia los campesinos y el consumo saludable de alimentos y tiene que haber cambios trascendentales en naciones como la nuestra, que tiene toda la posibilidad de enfocar su economía en esta producción, que generaría mejor sostenibilidad ambiental y mejor salud, en vez de enfocarla en la actividad extractiva”.

Construir ciudades saludables y habitables

Cerca de la mitad de la población mundial reside en áreas urbanas y las metrópolis son responsables de un 60 % de la actividad económica y las emisiones de gases de efecto invernadero. Aquí, Alejandro Álvarez explica que “tenemos ecosistemas muy distintos alrededor del planeta, pero modelos de ciudades muy parecidos y las urbes deberían adaptarse a sus entornos. Por ejemplo, el Valle de Aburrá es rico en recurso hídrico, pero lo que hemos hecho es convertir las quebradas en cloacas y después, en lugar de limpiarlas, las cubrimos. Otro punto fundamental es en qué invertirán las ciudades en adelante, ¿en intercambios viales gigantes?, ¿en más espacios de concreto? o quizá en formas más democráticas de acceder al espacio público, espacios para la bicicleta. Por ahí hay que empezar”.

no usar dinero público para financiar la contaminación

La ONU advierte que las reformas financieras en los gobiernos serán inevitables y el daño economico de la covid-19 ejecerá gran presión sobre las finanzas estatales. Pero, señala, un buen punto de partida para ello es que los gobiernos dejen de subsidiar los combustibles fósiles, como la gasolina. “Cada año en el mundo se gastan unos 400.000 millones de dólares del dinero de los ciudadanos para subsidiar los combustibles fósiles que impulsan el cambio climático”, explica. Sobre este punto, Daniel Cardona acota que lograr eliminar estas subvenciones es viable, siempre y cuando se emprenda un proceso diferenciado por países. “Es importante que los gobiernos identifiquen marcos regulatorios y creen compromiso político. En países como Colombia siguen existiendo poderosos grupos económicos que ejercen presiones y dificultan este tipo de transiciones”.

Sergio Andrés Correa

Tengo la maleta siempre hecha y mi brújula, que por lo general apunta al sur, me trajo al periodismo para aclarar mi voz. Busco la pluralidad y no le temo a la diferencia.

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