El acto central del Día Mundial del Teatro, que se celebrará hasta el domingo en la ciudad, se realizó este viernes. A las 4:00 de la tarde se encontraron en el Estadio, en el local 30, que fue hasta ayer la sede oficial de la corporación Área Artística.
Entonces leyeron la proclama del teatro, hicieron un brindis y la corporación, con su grupo de teatro, Arlequín y los juglares, y los siete semilleros, y también los que de una u otra manera compartieron con el Área, se despidieron del que fue durante veinticinco años el lugar para hacer teatro.
Hicieron un ritual “para exorcizar también la tristeza que nos genera entregar un espacio en el que estuvimos entregando 25 años de nuestra vida creativa, de nuestro trabajo con distintas comunidades, la proyección artística de los grupos, del teatro de planta Arlequín y los Juglares”, dice Adriana Diosa, la representante legal de la corporación.
El comodato que tenían se acabó y aunque entraron en resistencia, finalmente llegaron a una conciliación con el Inder, dueño del espacio, para devolverlo. Un acto simbólico, que significa también un nuevo inicio, en otro rumbo. Ayer fue un momento para recordar con amigos y hasta fotos.
“El Área Artística empieza un proceso de recogimiento, de sistematización de la memoria –sigue Adriana–. Arlequín y los Juglares, que es el grupo de planta que tiene 43 años, ha alquilado una casa en el barrio Las Palmas, que le hemos llamado hogar cultural, pero que solo nos da para guardar el vestuario, las obras y montar una pequeña oficina”. Ahora es buscar otros escenarios para poder seguir con los ensayos y las presentaciones. “Asumimos el reto que la vida nos está poniendo hoy”
