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El arte que se robaron los nazis se cuenta en una película

  • Fedeli es periodista y una de las guionistas de la producción. El guion lo hizo con Dini Gnocchi y Arianna Marelli. FOTO cortesía
    Fedeli es periodista y una de las guionistas de la producción. El guion lo hizo con Dini Gnocchi y Arianna Marelli. FOTO cortesía
27 de julio de 2018
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Un oficial de la gestapo, previo a la Segunda Guerra Mundial, va a al estudio de Picasso y ve una reproducción del Guernica, una pintura sobre la guerra con cuerpos desmembrados, torturas y caos. El oficial nazi le pregunta al pintor: ‘Maestro, ¿es usted quien hizo esto?’, y él le responde: ‘No, son ustedes quienes han hecho esto’.

La anécdota se cuenta en el documental Hitler vs Picasso, un trabajo que relata uno de los crímenes más grandes de la historia del arte: el saqueo y robo de obras de arte que hicieron los nazis a coleccionistas privados judíos, museos, iglesias y galerías en Europa.

Las preferencias artísticas de Hitler y Göring (uno de sus altos oficiales) eran cercanas al periodo clásico. Llegaron a confiscar obras de Vermeer, Rubens, Van Eyck, Goya y Tiziano. Pero también habían obras de Otto Dix, Oskar Kokoschka, Marc Chagall o Paul Klee.

A través de un recorrido por París, Nueva York, Holanda y Alemania el documental “reconstruye” la escena del crimen, relatado por el actor italiano Toni Servillo (Gomorra, La grande belleza).

El largometraje se proyecta el 27, 28 y 29 de julio.

Hablamos con Sabina Fedeli, una de sus guionistas.

¿Cómo hicieron esta reconstrucción de la historia del saqueo nazi?

“Comenzamos con los archivos. Había documentos, imágenes en blanco y negro, registros. Nos interesaba que fuera todo muy probatorio.

No podíamos hacer la historia de todas las obras, por lo que decidimos ponerle atención a algunas historias. La investigación se cuenta a través de cuatro grandes exposiciones realizadas en Europa en las que se juntaron muchísimos cuadros que habían sido hurtados por los nazis. A través de estos contamos la historia y las figuras que estaban detrás”.

¿Cómo lo hacieron?

“El hilo va de la historia grande a los casos específicos. Hemos contado el caso de Paul Rosenberg, el coleccionista francés. La directora del Washington Post, Anne Sinclair, nieta de Rosenberg y quien escribió un libro sobre su abuelo, hace un recuento de la historia de un Matisse y un Picasso robado”.

Pero eran robos sistematizados...

“Todo estaba controlado y en libros. Hay un catálogo de Göring, que también era un coleccionista compulsivo como Hitler, que usamos. También los saqueos estaban ‘legalizados’, por decirlo de alguna manera. Iban a las casas y tomaban las cosas porque las personas no estaban, aunque el problema era que estaban en campos de concentración”.

Es casi un documental periodístico

“Nosotras la hicimos como si fuera una investigación periodística. Queríamos hacer algo muy serio, sin novelerías. Entrevistamos a historiadores, periodistas, biógrafos y curadores.

Todo estaba muy preciso aunque tenía mucha humanidad. Queríamos también evidenciar la relación entre el arte como medio de poder y la conexión con el Holocausto”.

¿Quién es y cómo llegó Toni Servillo?

“Es muy conocido. Hizo muchísimo teatro. Tiene una carrera muy grande. Después de La grande belleza fue conocido mundialmente. Está empeñado como actor pero también es un intelectual y músico. Es un actor muy completo.

Nos encontramos en una biblioteca de historia cerca de Milán y fue increíble. Estaba sorprendido. Leía y comentaba de todo, como si nos acompañara a través de la historia”.

¿Habían artistas censurados por el régimen?

“Muchos artistas modernistas eran tildados de hacer arte degenerado, cosmopolita y bolchevique, es decir, los mismos pintores que son ahora grandes maestros”.

¿Los nazis estaban contra un tipo de arte?

“No es una única verdad, es un poco contradictorio lo que hacían. Por ejemplo, es verdad que a ellos les gustaba Picasso, pero no podían decirlo.

A Göring le gustaban unas pinturas de este tipo. La otra situación era que estos artistas y este estilo de obras también era necesaria para traer dinero a las arcas del Estado y ayudar en la guerra”.

600
mil obras de arte fueron fueron saqueadas por los nazis durante la Guerra

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