En un mismo año, la escritora y militante política Gioconda Belli ha protagonizado dos noticias que la han puesto en la mitad del escenario mediático de América Latina. La primera sucedió en mayo y fue que un jurado la escogió como ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, uno de los galardones con mayor prestigio de la literatura en español. La segunda ocurrió el 11 de septiembre y esta vez se trató que las autoridades de Nicaragua ordenaron la confiscación de sus bienes.
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Las posturas críticas de Belli le han valido las persecuciones del gobierno de Daniel Ortega. Lo curioso del asunto es que Belli fue una entusiasta sandinista en los años setenta, pero las actuaciones de Ortega cambiaron el espectro de sus simpatías al punto de ser despojada por el gobierno de la nacionalidad nicaragüense. El asunto no se detuvo ahí y, según informó la misma poeta en su cuenta de X —antes Twitter—, el 11 de septiembre el gobierno la despojó de su casa en Managua, la capital de Nicaragua.