Conexión de cuerpo y mente. Una danza que no solo es retadora desde el punto de vista físico. También es una forma de encontrarse con las emociones, de reconocerse así mismo y reflejar esos sentimientos en los movimientos cadenciosos, sensuales y armónicos de cadera, brazos, manos, piernas, vientre.
La danza oriental, la danza árabe es música, movimiento y sentimiento. “Tiene mucha técnica, pero además mucha emoción, y tienes que conocerte interiormente”, dice Amir Thaleb, argentino de abuelos sirios y quien práctica este género desde su infancia.
Él está en Medellín, junto con colegas de Egipto, Marruecos y Rusia, que participan en el Festival Árabe Medellín, organizado por la academia de danza María Isabel Ángel.
Precisamente es María Isabel quien explica que al hablar de danza oriental se habla de un baile que abarca expresiones de medio oriente y norte de África.
Pero también existen otras más locales y folclóricas de cada país que son menos conocidas como la bambouteya, la bormeya y la raqs al assaya, que son expresiones de baile típico de Egipto, explica la especialista.
Y aunque a nivel del espectáculo y sobre los escenarios y las presentaciones, la interpretación de la danza oriental es casi una expresión que desarrollan las mujeres, María Isabel Ángel señala que en sus países de origen es una danza que en el ámbito social es practicada tanto por mujeres como por hombres.
En Colombia, la danza árabe tuvo su gran afición con la aparición del tema Ojos Así, de Shakira y sus movimientos. Pero con el tiempo la gente se da cuenta que es mucho más que eso y empieza a interesarse por algo más puro, agrega María Isabel, que lleva ya 16 años enseñando este arte en la ciudad.
Y aunque no discrimina en género, sí reconoce su mayor práctica por parte de las mujeres. “Les gusta porque es una danza sensual, hermosa y que trabaja su cuerpo”.
Una de sus ventajas para uno y otro género es que es fácil de practicar y no requiere de estar siempre en pareja, es una danza que se expresa muy bien para una persona.
Además genera cambios. “A veces llegan los estudiantes con cara de tristeza, de preocupación, cansancio; y salen totalmente transformados después de una sesión”.