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Con su primera obra, escritor antioqueño ganó Bienal Internacional de Novela
Las vidas posibles es el título de la primera novela de Jacobo Cardona, autor polifacético que también tiene obras de poesía, teatro y guiones cinematográficos.
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Jacobo Cardona Echeverri es antropólogo de la Universidad de Antioquia y Magíster en Estética de la Universidad Nacional. Ha ganado varios premios nacionales y becas de creación.
10 de diciembre de 2014
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El escritor antioqueño Jacobo Cardona Echeverri acaba de ganar con su primera novela, Las vidas posibles, la edición número 14 de la Bienal Internacional de Novela José Eustasio Rivera que se entregó en Neiva.
Inquieto y crítico, dos adjetivos que definen la corta pero prominente carrera literaria de este antropólogo que no alcanza los 40 años y que ya incursionó con éxito en poesía (reciente premio nacional de la poesía de la Universidad Industrial de Santander), cuento, ensayo, crítica y hasta guión cinematográfico.
El Colombiano dialogó con Jacobo Cardona sobre Las Vidas Posibles, ópera prima que nació de su experiencia como docente en la comuna 13 de Medellín y que teje una historia de exclusión, travestismo y violencia, con la que recibió el reconocimiento de la Bienal Internacional de Novela por encima de otras 104 propuestas.
¿Qué vidas son posibles para Jacobo Cardona Echeverri?
“Solo puede vivirse la vida de una manera. Pero ese único camino puede estar lleno de trenes descarrilados, noches de mariachis borrachos o habitaciones vacías. Eso, al menos, es lo que dice la física cuántica”.
¿Cuál es el universo literario del que se ocupa?
“El de las secretarias o ingenieros de minas que escriben poemas cuando nadie los ve”.
¿Qué temas le preocupan?
“Casi los mismos temas que preocupan a todo el mundo, pagar las cuentas, salir entero de los malentendidos, olvidar pronto las traiciones”.
¿Por qué la literatura?
“Por la ambientación. De pequeño tenía a la mano tanto juguetes como libros. Los juguetes me han abandonado, los libros no”.
¿Que le aportó la formación en antropología en la construcción de la novela?
“Yo estudié antropología porque quería ser escritor y cineasta. La antropología me ayuda a ver, a unir las cosas que aparentemente no pueden ser unidas, en hallar en los gestos más sencillos el probable talante moral de un individuo, su respectiva cuota de oscuridad”.
Escribe poesía, ensayos, cuentos, guiones, crítica, y ahora su primera novela. ¿Con cuál se identifica más?
“En mi caso, cada tema busca su forma. Me imagino que también tiene que ver con los estados emocionales. La idea de un poema llega de repente, como una visión que debe asentarse. Me parece el arte más difícil. Los demás géneros exigen otro tipo de razonamiento, un trabajo progresivo y lento de autodescubrimiento”.
¿Se ve reflejado en su literatura el gusto que tiene por el cine?
“Creo que sí. Y no solo por las constantes referencias sino también por el uso de imágenes secas y llanas. Creo que eso también puede deberse al aprendizaje etnográfico”.
¿Qué problemas sociales de Medellín aborda en la novela?
“Violencia educativa y patriarcal. También hay niños que disparan”.
¿En qué proyecto literario está trabajando?
“Retomando algunas ideas sobre la realidad virtual para la segunda novela, y seguir en la búsqueda del apoyo financiero para la realización de un largometraje cuyo guion he trabajado ya en varios laboratorios”.
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