S ilvestre Dangond pasó de ser el cantante de un pueblo de La Guajira, Urumita, a convertirse en un músico internacional. Y esto pasó, de golpe. Dangond dio esta semana un “salto mortal” con el cd que le presentó a sus fanáticos y que se llama Gente Valiente. Y fue un salto porque el Silvestre que hemos escuchado espontáneo y siempre con una marcación vallenata, con su cadencia guajira, en este trabajo desapareció.
Este es un Silvestre distinto. Se escucha a un músico que quiere conquistar otros escenarios con canciones muy cercanas al pop, a ratos con algún sonido parecido a Carlos Vives, y claro, a manera de añoranza, por algún lado, deja salir algún pase vallenato o alguna referencia a algún pueblo costeño; sin que esto convierta a su Gente Valiente en un cd vallenato.
Este es un Silvestre carnavalero, con aires de discoteca, con algunos pases de bachata, otros de balada y hasta con algunos de carranga. Un cd en donde el acordeón está de adorno. Es poco lo que se siente y no hay ninguna canción que este marcada por este instrumento. Por eso, y más allá de si es o no vallenato, lo que hace es mostrarnos a un Silvestre con ansias de mundo. Con ganas de poner a bailar a estadios enteros con una música sin nombre, porque realmente no hay un ritmo claro en las 14 canciones. Tal vez sea sencillo: música para bailar.
Este es entonces, un Silvestre que propone un trabajo en el que casi todas las canciones son de su autoría, asunto que es relevante en la medida en que, por lo general, Silvestre no grababa más de dos canciones suyas en cada álbum.
La canción del compositor Julio Oñate —Alucinaciones— se destaca ya que aunque tiene ese sonsonete moderno de todo el cd, logra entusiasmar con la letra por la clara añoranza a los tiempos de Emilianito Zuleta, porque hay versos completos y la letra por lo menos refleja un sentimiento.
Por último, se anota que no es que no guste este Silvestre, no, hasta provoca bailar, solo es que a Silvestre uno siempre lo espera con un vallenato rancio, con olor a campo, con sabor a patacones. Un Silvestre al que uno siempre vuelve cuando quiere parrandear. Es sencillo, este Silvestre está lejos de su esencia.
