Que Nacional pierda dos partidos seguidos es una situación anormal en el fútbol colombiano por sus antecedentes, títulos, condición de favorito, nómina y cuerpo técnico.
Las derrotas con Tolima 1-0 por Copa Águila, y con Cúcuta 3-2, en la última fecha de la Liga, prendieron las alarmas.
Pese al cuarto lugar que ocupa en la tabla de posiciones, aparecieron los “osoristas” y “antiosoristas”, haciendo referencia a la culpabilidad o no del técnico risaraldense en este bache. También salieron rasgándose las vestiduras los hinchas que piden jugadores como Sebastián Gómez, Pablo Ceppelin y Patricio Cucchi, esos mismos que rechazan al volante Baldomero Perlaza.
Cuando no se dan los resultados nada funciona y todo hay que cambiarlo. Esa es la percepción del público en general. Sin embargo, hoy en Ipiales cuando a las 2:00 p.m. Nacional enfrente al Pasto, se mantendrá la misma idea de juego: darle prioridad al ataque, aunque como admitió Pompilio Páez se harán ajustes para no quedar tan expuestos en defensa.
El técnico Juan Carlos Osorio, quien prefiere no dar declaraciones particulares a los medios, habló con el equipo de prensa del club y lamentó no poder dirigir desde la raya.
“Ha sido muy difícil estar afuera, no poder hablar con el equipo directamente, no hacer los ajustes y acordes a mi manera de interpretar el juego. Ha sido una tortura para mí y espero estar rápido en la línea dirigiendo”, manifestó.
Como local, Pasto tiene un balance de 3 victorias y 2 empates, lo que demuestra que deja escapar puntos. De visitante, Nacional ganó 2 veces y empató 3. Hoy el único resultado posible para el hincha verde es un triunfo que lo haga volver a creer en este proceso.