En las piernas de Anderson Parra Cortés había un talento escondido, pero en los deportes que practicaba de niño fue difícil explotarlo.
En Sincelejo, donde nació, empezó a correr detrás de un balón. Su estatura le permitía jugar en la parte defensiva, pero pese a su buena talla se dio cuenta rápidamente que el fútbol no era su mejor opción.
Sus padres, Félix y Elizabeth, no lo dejaron quedarse de manos cruzadas y, a los 11 años de edad, lo ingresaron a patinaje.
Tuvo una buena formación, su contextura física cambió notablemente y en la parte técnica adquirió buen aprendizaje. Admite que le gustaba la velocidad, pero confiesa que no se sentía cómodo sobre unos botines con ruedas.
Las clases fueron pasando y más requerimientos fueron llegando, como comprar una bicicleta para incrementar el potencial en patinaje. Félix y Elizabeth sacaron del bolsillo el dinero y compraron el caballito de acero, pero lo que jamás se imaginaron era que su hijo, ya de 14 años, iba a encontrar su verdadero amor en el disciplina de las bielas.
Anderson recuerda que realizaron una competencia de ruta, se inscribió y ganó. “Me di cuenta que Dios me había regalado un talento y había que aprovecharlo” y cuando cumplió su mayoría de edad se inclinó por la pista luego de ser quinto en la velocidad de los Juegos Nacionales en Cali-2008, resultado que le abrió las puertas para irse a entrenar a Boyacá.
Seguro del deporte que lo apasionaba no lo pensó dos veces para empacar maletas y emprender su nuevo destino, además, porque en Sincelejo no hay pista para entrenar. Ha sido múltiple subcampeón nacional en velocidad y ha ganado medallas de plata y de bronce en el ámbito continental.
Hoy, a sus 25 años, empieza a recoger los frutos. Gracias a su buen rendimiento fue llamado para competir en el Mundial de pista en Francia desde el miércoles entrante, lo cual lo llena de orgullo y responsabilidad.
“El esfuerzo trae su recompensa. Me di cuenta que teniendo mayor sacrificio, siendo más disciplinado y aprovechando bien el tiempo podía ser mejor, y ahora empiezo a recoger los frutos”, expresa el corredor, a quien el estratega de la Selección Colombia de velocidad, John Jaime González, le enviaba por correo electrónico los planes de trabajo para realizarlos en Boyacá.
“Avancé mucho, pero sé que puedo mejorar más. Estoy muy motivado ya que estar en esta clase de eventos me ayuda a sumar los puntos para cumplir mi gran sueño de ir a los Olímpicos de Río, donde además espero hacer un buen papel”, indicó el deportista, que le sacó jugo a su estadía en Medellín para corregir errores, aumentar el nivel y así evolucionar como velocista.