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Minutos después de terminar su actuación en el Giro de Sicilia, Jhonatan Restrepo montó una imagen suya en la carrera con el siguiente mensaje: “Nunca dejes de creer en ti”.
La cuarta posición que logró el pedalista la celebró como un triunfo luego de las adversidades que vivió durante el año y que lo llevaron a preguntarse si en realidad estaba haciendo bien su trabajo en el ciclismo y si volvería a ser competitivo como antes.
Eso sí, el retiro jamás ha pasado por la mente de este corredor, quien puede darse el lujo de decir que es de los pocos colombianos que ha retornado al ciclismo de Europa luego de haber hecho escala en el país. La mayoría de ellos regresan a Colombia a cerrar sus ciclos como corredores.
En Sicilia, El Rayo o Pácora, como es conocido el caldense, terminó a 55 segundos del campeón, el reconocido italiano Vincenzo Nibali (Trek) y a seis del tercero en el podio, Alessandro Covi (UAE-Emirates). Segundo fue otro grande de este deporte, el español Alejandro Valverde (Movistar).
En marzo de 2020, antes de la cuarentena obligada a causa de la pandemia del coronavirus, Jhonatan era el ciclista con más victorias en el año -6-. Aunque no volvió a sumar triunfos esa campaña, su rendimiento le permitía gozar de protagonismo en las distintas pruebas, incluso fue incluido por su equipo (Androni) en el Giro de Italia.
No obstante, en la presente temporada, sus fuerzas se fueron mermando como por arte de magia. La razón, contrajo coronavirus.
En su primera prueba del año, la Vuelta al Táchira, evidenció gran nivel con tres top-5 y se ilusionaba con volver a figurar, pero tras salir de territorio venezolano se dio cuenta que los malestares que lo afectaban eran por causa de la pandemia.
“Empecé de cero. Un momento duro, de tensión, preocupación”, recordó Pácora desde territorio italiano.
Cuatro meses después de ese suceso, y tras perderse el Giro porque sus directivos no sabían si podía rendir en una prueba de tres semanas luego de su recuperación, fue alineado en el Tour de Ruanda, cita africana donde impresionó al vencer en la etapa de contrarreloj.
“Fue como un renacer”, recordó Jhonatan, quien luego fue campeón de la montaña en la Boucles de la Mayenne (Francia) y subcampeón en el Trofeo Matteotti (Italia).
Pero lo logrado en Sicilia fue más reconfortante para él, al darle batalla, de principio a fin, a emblemáticos corredores del World Tour (máxima categoría del ciclismo).
En el Androni, elenco de la segunda división de este deporte, pero que tiene derecho de competir ante las escuadras grandes, Restrepo aprovecha la oportunidad brindada para volver a exhibir su talento y perseguir sus metas. EL COLOMBIANO habló en exclusiva con él.
¿Qué representa para usted estar de nuevo a la altura de la élite mundial?
“Es algo indescriptible, chévere. He vivido años duros, sobre todo el presente. Venía andando demasiado bien, pero cuando me contagié de covid viví días difíciles, ya que en sí el virus me pegó fuerte. El solo hecho de parar, para luego volver a comenzar los entrenamientos es todo un desafío. En sí perdí seis meses. Entonces saber que ahora puedo estar adelante me llena de confianza. Es que una cosa es hacer parte del pelotón, pero poder estar en la batalla por los primeros puestos es otro cuento”.
¿Qué aprendió de esta experiencia en Sicilia?
“Todos los días aprendes algo, es como un nuevo comenzar. En Sicilia me llené de mayor motivación, de fortaleza. Entendí que sí puedo volver a luchar ante las figuras de este deporte y disputar carreras”.
¿Siente un nuevo aire y más al saber que entre 2015 y 2018 representó a un conjunto World Tour, el desaparecido Katusha?
“Es como darme otra oportunidad, de tener mayor convicción en mí, de creer”.
¿En qué momento dudó en lo que podía dar?
“Hermano, es que cuando llevas meses entrenando, esforzándote y sacrificando muchas cosas, entre ellas la familia, y no obtienes los resultados esperados, aparecen las dudas. Me preguntaba si en realidad estaba haciendo bien el trabajo, si recuperaría el nivel adecuado para ganar carreras. Ahora, al tener este proceso de continuidad gracias a mi buen estado de salud, me indica que si continuo de esta manera sí puedo ser protagonista”.
Genera quizá tranquilidad el apoyo que le han brindado en su equipo...
“Este grupo posee una forma de trabajar muy diferente a otras escuadras. Te tienen paciencia y recibes un muy buen trato a nivel deportivo y técnico, lo cual es fundamental para que un deportista rinda”.
¿A qué apunta ahora?
“No te voy a hablar de ninguna prueba en especial, pero sí quiero volver a estar en un lugar de privilegio, escalar alto. Este equipo es una motivación para lograrlo. Aquí se trabaja bien, se siente unión de familia y apoyo de todos para cuando se está bien o mal”.
¿Cuál fue su secreto para no dejarse decaer luego de estar con los mejores de Europa, regresar al ciclismo de Colombia y dar de nuevo el salto a la élite mundial?
“Gracias a Dios he tenido la fortuna de estar relacionado con buenas personas que me han ayudado a volver, que confían en mis capacidades, entre ellas mi mánager Giuseppe Acquadro. Sumado a esto, el trabajar constantemente por los objetivos trazados. Me impulsan las ganas de llegar a ser un destacado ciclista y poder ganar carreras, sigo soñando en grande”.
Y hasta el mismo Androni se puede convertir en un trampolín para retornar a una escuadra grande...
“Total, desde acá se puede dar esa oportunidad. Aunque sé que con este equipo también se pueden hacer memorables presentaciones. Si se da ese paso sería genial, pero vivo el día a día. En Sicilia estuve por debajo de Nibali o Valverde, pero por delante, por ejemplo, de Bardet. Estas actuaciones generan optimismo para trabajar con pasión, hacen que tu mente se fortalezca, porque puedes tener las piernas, pero si no tienes la cabeza es imposible hacer la diferencia”.
Y mucho más porque se tiene gente por quien responder, como su pareja Daniela Muñoz e hijo Matías, de seis años de edad...
“Así es parce. Estar en Colombia, luego de competir en Europa, me enseñó a valorar las cosas, los momentos. Ahora soy más maduro y aprovecho las oportunidades que tengo. Los sacrificios no pueden quedar en vano, sobre todo porque me esfuerzo por mis sueños y para darle lo mejor a mi familia. Son meses los que uno está lejos de casa, entonces te vuelves más consciente, te cuidas el doble, y luchas para lograr lo que te propones buscando un futuro mejor”.