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El tolimense, que lleva dos años en Antioquia, fue el más veloz de la
cita del Clásico EC. Impuso récord.
Antes de cruzar la meta en el primer lugar, Camilo Ardila alzó la mirada al cielo y se echó la bendición en tres oportunidades.
“Es que he pasado por momentos difíciles, entre ellos tenerme que bajar de la bicicleta por buen tiempo, pero el esfuerzo, la dedicación y mantener la fe es lo que me permite volver a recoger frutos. Este triunfo se lo dedico a Dios”.
Así se expresó el corredor que nació en Mariquita, Tolima, hace 20 años, y quien venció en la categoría élite del Reto El Escobero. Además impuso récord en la exigente competencia que hace parte de la etapa rutera del Clásico EL COLOMBIANO que cumplió su cuarta edición.
Con 34 minutos y 38 segundos, el representante del equipo EPM-Scott dejó atrás el registro de Arley Montoya en 2016, cuando invirtió 35.34 en la imponente cuesta de 10.5 km de ascensión ubicada en Envigado, en la que varios de los 387 participantes llegaron con calambres en las piernas, pero con la satisfacción de cumplir en la cumbre.
“Aplaudo a todas las personas que se atreven a subir esta loma en bicicleta, le tengo demasiado respeto. Hace mes y medio hice algunos trabajos de preparación aquí para llegar en un buen nivel a la Vuelta de la Juventud, y los resultados se vieron reflejados, pues logré dos etapas, fui tercero en la general y me gané el llamado a la Selección Colombia que actuará en el Giro de Italia sub-23 que se inicia este jueves”, manifestó bañado en sudor y con la voz entrecortada por el esfuerzo realizado en la subida cuyas rampas tenían desniveles del 18%.
Tener este rendimiento en El Escobero lo deja tranquilo. En su categoría venció a Edwin Carvajal (35.37) y Brayan Sánchez (35.42), del Orgullo Paisa.
“A comienzos de año me encomendé a Dios para poder cumplir mis metas. Una sobrecarga muscular en la rodilla derecha me sacó de competencia dos meses, me perdí los Nacionales en Villavicencio y la Vuelta al Valle. Al volver me costó mucho coger el ritmo de carrera, hasta tuve una caída en la Clásica de Fusagasugá. Pero con la ayuda de mi familia, los entrenadores Raúl y Gabriel Jaime Mesa y mis compañeros de equipo salí adelante”, dice el corredor hijo de agricultores del Tolima.
“Mi papá -Camilo-, mi madre -Marta Lucía- y Laura -la hermana- son parte de mi motivación en este deporte, lucho por darles alegrías, como también a Colombia”, agregó Ardila, quien espera descrestar en Italia como lo hizo subiendo por El Escobero, una cuesta que muchos más se vienen atreviendo a desafiar .