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Con su soberbio Tour de Francia, coronado ayer al vestirse de amarillo en la víspera de la llegada a los Campos Elíseos, el joven esloveno Tadej Pogacar confirmó que pese a sus 21 años –cumplirá 22 mañana–, está llamado a ser una estrella del pelotón mundial.
Para siempre quedará su carta de presentación en la Grande Boucle: vencedor más joven del Tour después de la Segunda Guerra Mundial, tres victorias de etapa, maillot blanco que lo acredita como mejor joven, y jersey de lunares rojo como el mejor escalador de la carrera.
Si ya había llamado la atención en este Tour tras ganar las etapas 9 (con final en Laruns) y 15 (en el Grand Colombier) y ser el único en plantarle cara al que parecía gran favorito a la victoria en París, su compatriota Primoz Roglic (Jumbo Visma), lo realizado por Pogacar este sábado en la contrarreloj que acababa con el ascenso a La Planche de Belles Filles (36,2 km) entra directamente en los libros de historia del ciclismo.
Una actuación portentosa sobre la bicicleta que le permitió a Pogacar recuperar los 57 segundos de desventaja que tenía con Roglic, para ganar la etapa y, más importante aún, despojar a su compatriota de la túnica dorada al meterle 1.56 en la meta.
“Honestamente, no pensaba dar la vuelta a la situación (...) No lo voy a asumir pronto, me va a hacer falta tiempo. Estaba contento con la segunda plaza en la general y ahora me veo con el maillot amarillo, todavía no sé cómo ha sucedido”, confesó el vencedor más joven de la ronda gala desde el francés Henri Cornet, quien no había cumplido los 20 cuando ganó la segunda edición del Tour en 1904.
Para los aficionados al ciclismo, no es la primera vez que escuchan hablar de Tadej Pogacar, un joven al que su director en el UAE Emirates, el español Joxean Matxin, le define en todas las entrevistas como “un puto crack”. “Es la perfección hecha ciclista”, suele repetir.
Su nombre comenzó a sonar hace dos años cuando ganó el Tour del Porvenir, la versión juvenil de la Grande Boucle y en la que suelen destaparse las futuras estrellas del pedalismo.
Y confirmó lo que se avecinaba en la pasada Vuelta a España, su primera carrera de tres semanas, en la que ganó tres etapas y acabó tercero en un podio que coronó a Roglic.
Además de sus triunfos, Pogacar destaca por su manera agresiva de correr: “En su primer Tour, cualquiera se hubiese quedado a rueda de (Egan) Bernal, (Alejandro) Valverde... y a ver qué pasa. Pero Tadej no le tiene miedo a nadie”, reconoció Miha Koncilja, su primer entrenador.
‘Tamau Pogi’ (pequeño Pogi) como aún le llaman en casa, se subió a la bicicleta a los nueve años. “Jugaba al fútbol, pero como su hermano mayor hacía ciclismo, quiso probar también”, recuerda el entrenador.
Como era muy pequeño tardó varios meses en iniciar porque su club debía buscarle una bicicleta adaptada a su altura, porque era mucho más pequeño que los niños de su edad, 10 o 15 centímetros menos. “A los 12 o 13 años era imposible pelear contra los otros. Debía luchar sin límites para mantenerse cerca a los otros”, dice el técnico al que no le sorprende la explosión de su pupilo.
En este Tour, pese a la aparente superioridad de Roglic y de su equipo, el Jumbo-Visma, Pogacar no se cansó de repetir que atacaría siempre que pudiese. “La pelea por el amarillo no ha acabado”, decía etapa tras etapa.
Fue un mazazo inesperado, una decepción que nadie imaginaba, y mucho menos después de tres semanas de dominio de la escuadra holandesa en la carretera. Todos entraron en estado de “shock” tras perder el liderato a manos de Pogacar. Quien menos se lo podía creer era el propio Roglic, que lució desencajado en toda la cronoescalada.
Después de este inesperado desenlace, quien pondrá a sonar el himno de Eslovaquia hoy en los Campos Elíseos por primera vez en 107 ediciones será el joven Pogacar, pero antes podrá lucir el maillot amarillo en el llamado paseo de la victoria, un recorrido de 122 kilómetros entre Mantes la Jolie y París.
Tras el esprint que cerrará la edición 2020, vendrá el podio con el Arco del Triunfo de fondo y en el que Pogacar celebrará su cumpleaños por adelantado relevando en el título a Egan Bernal.