El Milagro de Nürburgring Andreas Nikolaus Lauda, llamado simplemente Niki Lauda, cultivó un gran sentido del humor no obstante el horroroso accidente que lo desfiguró.
Se le recordará siempre por la estampa de un hombre en una cabina en llamas y que se convirtió en la leyenda de la F-1. El lunes de noche murió a los 70 años. Será siempre recordado por lo que ocurrió en 1976 en el circuito de Nürburgring, Alemania.
Ni siquiera el terrible episodio que lo desfiguró minó la voluntad de hierro del hombre que había sido campeón del mundo en 1975; volvió milagrosamente rápido a pilotar para ganar dos títulos más y se convirtió en un exitoso empresario, fundando sus propias aerolíneas.
Lauda había ganado su primer campeonato mundial de F-1 con Ferrari en 1975 y lideraba la clasificación cuando el 1 de agosto de 1976 su coche se salió de la pista por razones nunca explicadas y ardió en llamas en el Gran Premio de Alemania. Quedó atrapado en el vehículo durante casi un minuto antes de ser sacado por otros conductores que se detuvieron para rescatarlo, arriesgando sus propias vidas mientras sus propios trajes de carreras se quemaban por el intenso calor.
Las imágenes del accidente dieron la vuelta al mundo. Días antes, Lauda había dicho en una entrevista: “En el circuito de Nürburgring, si tu coche tiene un problema estás 100% muerto”.
En su palmarés en F-1 figura los títulos de campeón del mundo en 1975, 1977 (Ferrari) y 1984 (McLaren) y actuación para las escuderías: March (1971-1972), BRM (1973), Ferrari (1974-1977), Brabham (1978-1979), McLaren (1982-1985), con las que participó en 71 carreras.
Su historial terminó con 25 victorias, 54 podios, 24 pole positions y 24 veces con mejores vueltas.