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Jóvenes dieron luz a la novena estrella caleña

El técnico manizalita sumó su segundo título con el Deportivo Cali, el primero fue en 1996.

  • La cantera fue la mayor apuesta del técnico Fernando Pecoso Castro. FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ.
    La cantera fue la mayor apuesta del técnico Fernando Pecoso Castro. FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ.
  • Jóvenes dieron luz a la novena estrella caleña
07 de junio de 2015
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Fernando Pecoso Castro nació en Manizales, el 11 de febrero de 1949 y como buen acuariano es sincero, perseverante, inteligente, no suele hacer amigos con facilidad, tiene fuerza de convicción y su sentido de la verdad es muy fuerte.

A veces siente la necesidad de retirarse del mundo y por eso se va para su finca a disfrutar de la naturaleza, los animales y la tranquilidad.

Este es el campeón de la Liga Águila-1 y bicampeón con el Cali.

Y fueron precisamente sus principios y su convicción lo que lo llevaron a dejar el Atlético Huila para regresar al Cali, equipo de sus amores, convencido de poder hacer una buena campaña.

Castro, quien ha dirigido a diez equipos en el fútbol profesional colombiano (Deportes Quindío, Cúcuta, Envigado, Medellín, Santa Fe, Millonarios, Once Caldas, América, Huila y Deportivo Cali) siempre genera polémica ya sea por sus declaraciones, sus acciones o sus silencios.

En sus primeros partidos con el Cali dijo, luego de un partido que había perdido por hacerle caso a otros, que se iba a morir con la de él y volvió al trabajo diario, siempre con la misión de hacer historia con el verde.

Y, paradójicamente, es con el Cali con el que ha alcanzado la gloria, primero en 1996 y ahora en este 2015.

Pecoso, como le llaman desde que está en el fútbol, sumó su segundo título, con un grupo de juveniles a quienes les hizo creer que podían y lo lograron. Se salió con la suya y con el equipo de sus amores se consagró como campeón de Colombia.

El manizalita, quien en sus años de jugador fue un defensor de esos a los que o pasaba el balón o el delantero, debutó como profesional en 1969 en el Once Caldas, ese día marcó dos goles ante el Deportes Tolima, siendo ese uno de los momentos más felices de su carrera.

Y aunque su madre siempre le inculcó el estudio y del fútbol no quería saber nada, Pecoso logró su sueño, pero también trabajaba porque a la casa debía llevar dinero para sostener la familia.

Del Once Caldas pasó al Quindío y pronto llegó al Deportivo Cali, equipo en el que conoció a quien sería su maestro y quien lo marcó para el resto de su vida: Carlos Salvador Bilardo.

Su juego le dio para integrar la Selección Colombia, 15 partidos aparecen en su historial, de los cuales cuatro fueron por la Copa América en 1979 y cuatro más en la Eliminatoria de 1981.

Tres años más tarde, en 1984 Castro vivió el momento más triste de su vida deportiva, el retiro. Pero su amor por este deporte, era muy fuerte y por eso decidió irse para Argentina a recorrer estadios y campos para formarse.

Lo hizo y en 1987 se estrenó en el banco del Quindío. Luego fueron nueve equipos más en los que ha dejado huella por su carácter, su capacidad y por ser para la mayoría de sus dirigidos un padre.

A sus 66 años el único que le quita el sueño es su pequeño Martín, su hijo menor, quien siempre está a su lado, dándole esa calma y compañía dentro y fuera del campo.

Y para corroborar su éxito siempre se encomienda a su madre. Ayer, antes del juego definitivo frente al DIM había dicho que “mi madre me enseñó a ser responsable y cuando vio que triunfé como jugador y como técnico, entendió que esto era lo que quería. Ojalá mi madre, desde el cielo, me dé otra estrella”. Y se la dio.

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