El Once Caldas se refrescó este miércoles en Montería, a pesar de los 38 grados de temperatura. La victoria 1-2 ante Jaguares le bajó un poco la presión al técnico José Flabio Torres, que llegaba al partido con la soga al cuello por la falta de resultados y el rendimiento de su equipo.
Los tres puntos le permiten al blanco un pequeño respiro, pues el buen resultado no puede ocultar las fragilidades que muestra el equipo desde el año pasado. El miércoles, de nuevo, costó en la zona de recuperación y falta volumen ofensivo para inquietar más a los rivales.
Sin embargo, la celebración sirve para motivar a un grupo que necesita recuperar la confianza del aficionado por las flojas presentaciones, como en la fecha pasada ante Patriotas en Tunja.
El primer tiempo fue parejo. El blanco esperó y quiso sorprender de contragolpe, pero no encontró el camino correcto con Gustavo Culma, Johan Arango y Sergio Romero. El que intentó poner pausa y jugar diferente fue el volante antioqueño Jónathan Álvarez, que mostró pinceladas de talento.
A los 10 minutos, Jaguares generó la primera opción clara para abrir el marcador, pero al delantero Mauricio González le faltó tranquilidad para definir al frente del portero José Fernando Cuadrado.
El Once respondió a los cinco minutos con Johan Arango, quien por poco anota de tiro libre. Su remate terminó en el travesaño.
El marcador se abrió a los 22 minutos. Pasividad en la defensa blanca y el volante Denis Gómez filtró un balón que aprovechó para anotar Juan José Mezú ante la pérdida de la marca del lateral Marlon Piedrahíta.
Por fortuna, el Once se fue para el descanso con el empate. A los 43 minutos anotó otra vez desde los 12 pasos el delantero Sergio Romero, tras una falta clara sobre Arango. Justo premio para dos equipos que se respetaron en la primera etapa.
Le funcionó el cambio
Flabio salió con los mismos jugadores para la etapa final. Como es su costumbre aguantó los cambios para saber cómo responde su equipo después de los llamados de atención.
Sin ser más que su rival, el blanco se vio mejor en la cancha porque intentó manejar el balón y tener profundidad con la velocidad de Romero.
Para sorpresa, el técnico tolimense sacó al minuto 16 a el Tiburón Romero, que no lo hacía mal en el terrero. Ingresó a César Arias para oxigenar la delantera y lo logró al minuto 28 con el gol del santandereano, que se reencuentra con las redes después de su sequía.
Con el resultado en el bolsillo, pues el local no hacía mucho para voltearlo, el Once le dio trámite al juego hasta el pitazo final. Una victoria que cae bien ante el desencanto que hay en la tribuna. La próxima salida es el sábado, a las 6:00 p.m., con el Boyacá Chicó en Palogrande.