Dos regalos, cada uno de cuatro millones de pesos, que le hicieron Marlon Piedrahita y Camilo Pérez al actual DT del Once Caldas, generaron suspicacia en Manizales y son objeto de polémica. Los jugadores responden.
No lo podían creer. Para Marlon Piedrahíta y Camilo Pérez fue un milagro que el Once Caldas les comprara sus derechos deportivos, a pesar de tener 28 años y no ser de proyección internacional.
El Club los llamó y les pagó $300 millones a cada uno y renovaron contrato laboral hasta el 2017. Dicen que eso, en otras palabras, fue una bendición de Dios.
Si bien Marlon y Camilo son rendidores, para el medio son jugadores de bajo perfil. Con regularidad, pero sin las dimensiones de quienes están en el exterior. El Club invirtió en José Luis Moreno y Johan Arango porque quiere transferirlos al exterior como hizo con José Heriberto Izquierdo.
Para ellos, que han jugado juntos en Envigado, Nacional, Pasto y ahora en Manizales, que en el Club se decidieran por comprarles sus derechos deportivos, era el resultado del visto bueno del técnico Flabio Torres. Por eso decidieron darle un regalo. Camilo Pérez le obsequió $4 millones y Marlon Piedrahíta, un reloj por ese valor.
Ahora, un año después, el hecho trasciende por varias razones. Se hizo público en la reunión que sostuvieron la semana pasada directivos, técnicos y jugadores en el estadio Palogrande.
La hicieron después de un encuentro que sostuvieron dirigentes y técnico con Holocausto Norte. Los miembros de la barra pidieron claridad sobre varias dudas de los aficionados.
La más delicada, la denuncia hecha hace un mes por Peter Sammy Domínguez, exjugador del equipo, quien señaló a los dirigentes Fernando Zapata y Felipe Paniagua porque, al parecer, le querían cobrar dinero para dejarlo jugar.
Aunque el Club respaldó el jueves al técnico, el hecho, sumado al caso Peter Domínguez da espacio a la especulación y al inconformismo, como el mostrado por los jugadores que no están actuando.
Al escuchar las versiones hay una contradicción. Mientras los jugadores valoraron el visto bueno del técnico para que les compraran sus derechos deportivos, Flabio dice que esa decisión fue de los dirigentes y no suya. No se entiende entonces por qué aceptó los regalos si nada tuvo que ver.
En este caso, el técnico y los dos jugadores aseguraron que no hubo negocio de por medio y que solo fue un sentimiento de gratitud hacia su jefe.
Carlos Puche González, de la Asociación de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), conceptuó que no es común que un jugador le dé regalos a su técnico por hacerle comprar sus derechos deportivos, pero sí es cotidiano la queja de que les cobran para ponerlos a jugar o que debe entregar parte de su salario o sus derechos deportivos.
Fue un regalo, no un negocio: los jugadores
Cuando se dio el negocio, Camilo Pérez y Marlon Piedrahíta se reunieron y decidieron darle un detalle a Flabio Torres: “Nos reunimos un día y, sin que el técnico nos dijera nada o supiera algo, acordamos darle un obsequio. Decidimos darle de a $4 millones cada uno, entonces Marlon le dio un reloj y yo le di la plata, ese mismo valor”, contó Camilo.
Piedrahíta agregó: “No sé cuáles son los parámetros que miran los directivos para comprar los derechos deportivos de un jugador, pero tengo entendido que el profe Flabio dijo que nos compraran, por eso quisimos tener ese detalle”.
“Cuando nos reunimos con don Jaime Pineda y nos manifestó los deseos de hacerse a nuestros derechos deportivos, me sorprendí gratamente. Luego me di cuenta que el profe dio el visto bueno para que se hiciera el negocio”, explicó el mismo jugador.
