Este martes, Atlético Nacional afrontará el reto más desafiante desde que Javier Gandolfi asumió como director técnico. El equipo verdolaga se medirá en condición de visitante ante Sao Paulo, en un partido decisivo que marcará el rumbo del proceso del estratega argentino. Aunque las voces en el entorno del fútbol colombiano, desde los hinchas hasta los analistas, tienen su opinión sobre cómo debería plantarse el equipo en el Morumbí, la realidad es que la última palabra la tienen Gandolfi y sus dirigidos. Y con ellos, la responsabilidad completa.
Gandolfi, sereno pero determinado, sabe que el margen de error es mínimo y que cada decisión será juzgada por el resultado final y, especialmente, por la forma en que se logre o no la clasificación. A pesar de las bajas sensibles en la plantilla, el técnico tiene clara su hoja de ruta y confía plenamente en el grupo que lidera. “Todos tenemos que estar preparados para este partido. César (Haydar) es baja, Dairon Asprilla tampoco está, y a mí me toca resolver distintas situaciones”, afirmó el argentino, reconociendo los obstáculos que tiene que sortear en su alineación.
La ilusión está intacta
Más allá de las ausencias, el ambiente dentro del equipo es de optimismo total. Gandolfi no esconde su entusiasmo ni su satisfacción por lo mostrado en el primer partido en el Atanasio, que terminó 0-0 y tras el empate 2-2 ante Fortaleza por la Liga. “Tenemos toda la ilusión. En los primeros 90 minutos me sentí satisfecho y orgulloso porque el equipo ha mostrado distintos puntos positivos. El empate fue un resultado mezquino para nosotros, pero vamos a ir a buscar el resultado y la clasificación a Brasil”, expresó con confianza.
“Tenemos toda la ilusión. En los primeros 90 minutos me sentí satisfecho y orgulloso porque el equipo ha mostrado distintos puntos positivos. El empate fue un resultado mezquino para nosotros, pero vamos a ir a buscar el resultado y la clasificación a Brasil”, expresó con confianza.
No solo él cree en la posibilidad. El grupo parece haber interiorizado ese mensaje. El equipo llega con una racha de siete partidos sin perder, lo que ha fortalecido la moral del plantel. “Estamos muy confiados. El equipo está bien, lleva siete partidos invicto, entonces llegamos de muy buena manera, confiados y seguramente regresaremos de Brasil con la clasificación”, agregó Gandolfi, mientras el arquero Harlem Castillo, a su lado, se daba la bendición como símbolo de fe en esa meta.
El respaldo de la hinchada
La fe no es solo interna. En las calles de Medellín, los hinchas han hecho sentir su respaldo. A la salida del bus que trasladó al equipo hacia el aeropuerto, los jugadores fueron despedidos con aplausos, cánticos y banderas. Un mensaje claro: la afición cree, y espera.
Esa energía positiva se convierte en un impulso anímico importante para un grupo que buscará superar la presión de un estadio hostil como el Morumbí, donde el Sao Paulo será respaldado por miles de aficionados. Pero Nacional ya ha vivido escenarios así antes y sabe que la clave será mantener la concentración, confiar en su plan y ejecutar con inteligencia.
El equipo que va de menos a más
Uno de los aspectos que más alientan al cuerpo técnico es la mejora notable en el rendimiento individual de varios jugadores clave. Marlos Moreno ha recobrado confianza y explosividad, Alfredo Morelos comienza a mostrarse como el delantero influyente que todos esperan, y Edwin Cardona —a pesar de haber fallado dos penales en el partido de ida— mantiene intacta su capacidad de desequilibrio.
Cardona, especialmente, tiene una deuda pendiente que buscará saldar en Brasil. Su visión de juego y su pegada pueden ser determinantes si Nacional necesita romper el cerrojo defensivo de Sao Paulo.
Además de ellos, hay piezas clave con experiencia internacional que deberán liderar en momentos de tensión: David Ospina, William Tesillo y Jorman Campuzano tienen el recorrido y la personalidad necesaria para contagiar al resto del grupo.
Jugadores a recuperar y potenciar
Sin embargo, si Nacional quiere avanzar, necesita que otros nombres den un paso al frente. Jugadores como Andrés Román, Camilo Cándido, Matheus Uribe y Marino Hinestroza han mostrado chispazos, pero aún están lejos de su mejor versión. El cuerpo técnico espera que este partido sea el punto de quiebre para ellos.
El mensaje de Gandolfi es claro: no se va a especular. La estrategia será ir al frente, jugarle de tú a tú a Sao Paulo, plantarse con personalidad y buscar la victoria. Nacional no quiere ser un equipo que aguante y resista: quiere ser protagonista, incluso en una plaza tan complicada como el Morumbí.
El fútbol como estrategia
Superar con fútbol a Sao Paulo es el camino que ha elegido Gandolfi. Sin inventos ni cambios radicales. Confía en su grupo, en la racha positiva, en el trabajo acumulado, y en la convicción de que este Nacional está para competir en los más altos niveles del continente.
La noche en Brasil será una prueba de fuego. Pero también puede ser una noche histórica para Atlético Nacional. El escenario está listo, los jugadores están listos... y el país futbolero estará pendiente.