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Ya sea que tengan jugadores con mejor momento en su posición, que la edad no les favorezca o que acarreen problemas internos con sus compañeros o técnicos, la cantidad de futbolistas reconocidos que fueron excluidos marcan un hito en esta edición de Copa América, toda vez que hasta hace pocos años el torneo resignaba prestigio por la ausencia voluntaria de varias estrellas, que se negaban a asistir al evento.
Hoy, en contraste, solo teniendo en cuenta a Brasil, la exclusión de jugadores de primer orden asciende a trece. La más notable es la de Fabinho, figura indiscutida del esquema de Jurgen Klopp en Liverpool, campeón reciente de Champions League.
Fabinho perdió la posición con el criticado Fernandinho, recordado por la afición colombiana desde el Mundial de Brasil cuando acudió al juego violento en la serie que enfrentó a la Tricolor ante la selección anfitriona, en cuartos.
Pero no solo Brasil se dio el lujo de dejar fuera futbolistas con trayectoria en Selección y calidad comprobada. Ecuador, Chile, Argentina y hasta el invitado Japón se privaron de contar con estrellas internacionales.
Para el técnico ecuatoriano Octavio Zambrano esta situación demuestra que el fútbol suramericano está produciendo jugadores con mejor capacidad para asumir el reto de ser internacionales con sus seleccionados.
Pero para el estratega, esto no significa necesariamente que los futbolistas que no disputarán la Copa América queden fuera de los procesos de sus combinados.
“En términos generales, las figuras rutilantes van a estar en eliminatorias”, asegura. Y destaca que para elencos como Brasil, Argentina, Uruguay y el mismo Chile, vigente bicampeón “este torneo es una oportunidad inigualable para poder ver cómo se comportan las jóvenes promesas en un importante torneo internacional”.
Y tiene razón, porque las grandes sorpresas en la convocatoria las entregaron precisamente estos elencos. Sobre todo la Roja de Reinaldo Rueda, quizás el caso más representativo de relevo generacional actualmente en el balompié suramericano.
Al entrenador vallecaucano le tocó dar el paso definitivo en este certamen de esa adecuación paulatina que venía haciendo en el plantel austral, acercando jóvenes y cerrando ciclos para futbolistas que marcaron una época exitosa, pero que por diversas situaciones ya no encajan en los planes, como el mismo Claudio Bravo, capitán durante una década y bicampeón con la Roja, pero que tuvo problemas de conocimiento público con otros referentes como Arturo Vidal y Gary Medel.
Para Jairo Patiño, quien disputó la Copa América 2004 bajo la dirección de Rueda, el estratega será capaz de sacar fortalecida de este torneo a una alicaída selección chilena con miras a la Eliminatoria.
“Cuando los jóvenes se enfrenten a la presión de un juego de Eliminatoria, tendrán una coraza gracias a su rodaje en Copa. Uno como aficionado siempre espera ver a las figuras consolidadas, pero estas son oportunidades para que el fútbol suramericano siga evolucionando”, sopesa Patiño.