El futbolista brasileño Dani Alves, que el próximo 5 de febrero irá a juicio en España por la presunta violación de una joven en una discoteca de Barcelona en diciembre de 2022, estaría considerando cambiar la versión con la que llegará a la cita definitiva de su caso que se ha extendido por más de un año.
Alves, quien se encuentra detenido por los hechos, apelará a que en la noche en la que tuvo relaciones sexuales con la mujer –del que ha dicho fue consentido– estaba borracho y que no era consciente de sus actos.
Así lo habría dado a conocer la nueva abogada del jugador, Inés Guardiola, según el diario El Periódico, que apunta además que la defensa pedirá la absolución porque consideran que es inocente.
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Con el argumento de su estado de embriaguez, se dejaría “la puerta abierta a una rebaja de la pena de prisión que le reclaman las acusaciones ante una eventual condena”, explica el medio.
En el escrito de acusación, la Fiscalía española pidió a finales de noviembre una pena de nueve años de cárcel para Alves, así como una indemnización a la víctima de 150.000 euros (163.000 dólares), por el presunto delito de “agresión sexual con penetración”.
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El futbolista de 40 años, que jugó en clubes como Sevilla, Barcelona, París Saint-Germain y Sao Paulo, se encuentra en prisión provisional desde el 20 de enero de 2023 por estos hechos, pese a los intentos de su defensa de lograr su libertad condicional. La justicia consideró que dejarlo libre constituía un “riesgo permanente de fuga”.
La víctima, una joven de 23 años, acusa a Alves de haberla violado en los baños del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el 31 de diciembre de 2022.
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Alves, señala la Fiscalía, habría invitado a la joven a entrar en otra área exclusiva donde había un baño, que ella desconocía. Allí, el jugador habría mostrado una “actitud violenta” hacia la mujer, a la que agredió y forzó a mantener relaciones sexuales, pese a su resistencia.
La víctima, que tras recibir atención médica esa misma noche acabó denunciando los hechos el 2 de enero de 2023, padece “un trastorno de estrés postraumático de intensidad globalmente elevada” por el que se encuentra en tratamiento, de acuerdo con el ente investigador.
Sobre esta acusación, el brasileño ha cambiado su versión varias veces. Inicialmente, aseguró no conocer a la mujer que lo denunció. En abril del año pasado volvió a declarar ante la juez y afirmó que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, pero dijo que lo negó inicialmente para tratar de tapar la infidelidad a su entonces pareja.
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