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El delantero de Atlético Nacional
no ve la hora de volver a las
canchas y triunfar con esta camiseta.
Uno de los jugadores a los que más le ha costado entrenar en casa durante estos días es a Fabián González Lasso, entre otras cosas porque su fútbol, veloz y potente, necesita de espacios amplios para desarrollarse. Además, la pandemia llegó cuando buscaba consolidarse, porque sabe que puede dar mucho más.
“Ha sido muy difícil entrenar en casa, ya que para nosotros es muy importante trabajar en el campo, acoplarnos como grupo y complementarnos en la parte táctica. Y así mejorar día a día”, dice desde su lugar de residencia.
Sin embargo, esto no lo desvela, y aunque le genera preocupación todo lo que ocurre, sabe que aún puede salir adelante con la camiseta verde como ya antes lo había hecho para vestir estos colores.
Desde que era niño, en Puerto Tejada, tenía claro que el fútbol iba a ser su camino. Allí empezó a alimentar ese amor por el balón. Con el esfuerzo propio y el de su familia se fue abriendo camino hasta que el Pasto le dio una oportunidad. Eso lo llevó a cruzarse con Yerry Mina, hoy en el fútbol inglés, quien a su vez llegó de una población vecina y compartía sus mismos sueños.
Así que, a sus 27 años, hoy en día Fabián es un hombre fuerte física y mentalmente y no se rinde ante la adversidad. Por el contrario, dice que, a través de esta, encuentra la fuerza para seguir. Tanto sacrificio le ha permitido fortalecerse.
Dice que de toda situación hay que aprender y esta pandemia le ha enseñado a valorar más a sus seres queridos.
“Debemos apreciar más los pequeños detalles, disfrutar de nuestras familias como si no hubiera un mañana”.
La solidaridad que exige un momento como este se la enseñó Mina, quien fue su compañero de apartamento en Pasto. Y tras ser el primero en consolidarse en el club nariñense, le tendió la mano y se encargó de cubrirle los gastos del lugar donde vivían.
“Debemos ser capaces de ayudar a nuestro prójimo sin importar las dificultades, cuidarnos. Este virus ha unido más al mundo y todos estamos luchando por una sola causa en este momento”, manifiesta Lasso.
El delantero, no es de los que tira fácil la toalla, más bien piensa que quien persevera alcanza.
Su carrera no ha sido fácil. Cuando Pasto no lo tuvo en cuenta pasó a La Equidad, pero tampoco contó con suerte por lo que decidió ir al exterior. El Sport Ancash de Perú fue su destino y ahí empezó su despegue. Jugó 20 partidos y marcó 9 goles. Esa actuación lo llevó al Ayacucho, pero donde finalmente se consolidó fue en Academia de Cantolao. Allí fue goleador en el segundo semestre de 2018, anotando 21 goles en 39 partidos.
Eso llamó la atención del técnico Jorge Luis Pinto, quien lo llevó a Millonarios el año pasado. Inició bien (cinco goles por Liga y dos por Copa).
Pero tendría que superar otra prueba: una bacteria lo mandó al hospital y perdió continuidad. De nuevo se recuperó y de a poco regresó a su nivel. Esas ganas de luchar, tal vez fueron las que llamaron la atención del técnico Juan Carlos Osorio, quien lo trajo como refuerzo para este semestre. Suma 6 partidos, 3 como titular y 3 entrando desde el banco, y una anotación.
Para él son nuevos los entrenamientos virtuales pero teniendo en cuenta que es la única manera de mantenerse en forma los aprovecha al máximo y los complementa con otras actividades. “Los que contamos con espacios más amplios trotamos. También hay que buscar cómo tener la mente ocupada y por eso jugamos dominó, parqués, cartas”.
No tener el mismo contacto con el balón le ha pasado factura. “Como jugador siempre querés tenerlo en los pies y por eso podemos perder un poco la sensibilidad, pero acá, en la casa, trato de tenerlo el mayor tiempo posible”.
Fabián también quiso enviarle un mensaje a los hinchas y al personal médico que trabaja incansablemente para combatir el coronavirus.
“Hay que darles todo el apoyo, tener fe de que todo esto va a pasar y saldremos de esto. Son héroes y se arriesgan para salvar a otras personas sin importar el riesgo. Hay que darles un enorme aplauso y ojalá Dios nos bendiga”.