La vida del volante caleño Jaime Miguel Córdoba ha sido una montaña rusa con picos muy altos y caídas tan vertiginosas que por poco lo dejan fuera de su gran pasión: el fútbol.
Luego de ser campeón con América en 2008 y hombre clave del equipo que dirigía Diego Edison Umaña, Córdoba pasó al Junior y luego al Atlético Nacional, pero no pudo consolidarse y regresó a Cali.
El volante, quien fue exaltado por la Fifa en 2009 como uno de los 13 prospectos del fútbol mundial, no supo manejar la fama y el dinero.
Pasó de ser un gran prospecto a un jugador que nadie quería debido a su indisciplina. El alcohol le jugó una mala pasada y tocó fondo, quedándose un año sin jugar.
A los 27 años una nueva oportunidad se presentó y el técnico Jaime de la Pava y Oscar Martán, del Cortuluá, lo llamaron para que hiciera parte del equipo vallecaucano.
“Es bueno ver que cambió, aprovechó la segunda oportunidad que le dio la vida y el fútbol porque tiene muchas condiciones”, dice de La Pava.
Jaime regresó, marcó diferencias y tras un semestre de buen rendimiento, en 2016 llegó a Rionegro con la ilusión de volver a ser el volante guerrero que aporta en marca y a la ofensiva.
Eduardo Lara, técnico de la Selección de El Salvador, por su parte resaltó de Córdoba que “es un excelente jugador, con buena técnica, pegada, inteligente, líder, que va bien al juego aéreo”.
Y precisamente gracias a todas esas cualidades deportivas, Néstor Otero, lo ha respaldado con un lugar entre los inicialistas, tan solo se perdió el juego ante Santa Fe por acumulación de amarillas, pero además de ser titular, ha aportado goles. Ya tiene tres con el cuadro del Oriente y su sueño es volver a ser campeón.
Algunas veces, con algo de nostalgia, Córdoba recuerda la exaltación de la Fifa y reconoce que “de no ser por mi indisciplina seguro estaría jugando en Europa”.
Hoy tiene una razón vital para sobresalir: sus dos hijos, que se han convertido en el motor que impulsa su vida.
Ayer cumplió 28 años y para tener una celebración perfecta quiere marcar esta tarde ante Pasto para asegurar la clasificación y darle una alegría a su familia y al equipo que lo respaldan siempre.