Al Independiente Medellín de este domingo le faltó definición y suerte, porque el árbitro no midió con el mismo criterio y en la única equivocación el rival lo privó de conseguir la victoria.
El empate 1-1 frente al Cali no reflejó lo que pasó en el estadio Atanasio Girardot, porque así el elenco vallecaucano, que jugó con la suplencia, haya lucido ordenado y presionado bien, fue el onceno rojo el que tuvo la iniciativa y generó las mejores opciones del juego por la séptima fecha de la Liga Águila-1.
La prueba está en que después del gol de Daniel Torres, a los 23 minutos después de robarse el balón en terreno contrario, casi llega un tanto olímpico de Mauricio Molina (34’), pero el balón fue devuelto por el vertical.
Impotente porque no le ingresó la pelota en el tiro de esquina y se escapó el triunfo por el cobro de Mateo Casierra (58’), Mao lamentó que “por una equivocación absurda de los árbitros no nos fuimos 2-0 y al final terminamos castigados con una pena máxima que también fue, aunque la del primer tiempo lució más clara; inaudito que cuatro jueces no vieran esa mano”.
Si bien completaron cinco fechas seguidas sumando y continúan progresando en su fútbol, los integrantes del onceno escarlata culminaron inconformes con la unidad alcanzada, porque la idea, según el arquero David González, era terminar con tres puntos más.
No fue así porque al DIM aún le falta finalizar bien las jugadas, el elenco azucarero lució muy seguro en defensa, el portero Ernesto Hernández fue figura y el juez Mario Herrera fue protagonista al fallar en la apreciación.