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Lo que son las bondades del deporte y sus herencias. Desde años atrás, en la parte alta del municipio de Copacabana funcionaba la piscina Horacio Martínez, que le prestaba sus servicios a la natación y al hockey subacuático, especialmente, pero pedía una nueva mano que le diera mayor impulso.
Por fortuna, con la celebración del polo acuático de los Juegos Suramericanos de Medellín-2010, el ambiente del sector de Cristo Rey, dicen algunos de sus vecinos, mejoró con la remodelación de la piscina, que hoy concentra los esfuerzos del polo, la natación carreras y el hockey subacuático.
El paso de los Juegos continentales y el Suramericano de la categoría sub-17, confirmó a este escenario como una interesante alternativa, porque la comunidad disfruta de turnos de uso, cinco días de la semana, en una de las piscinas más bellas del país.
Antes, en la parte baja del municipio, hubo mucho impulso para el polo acuático, surgido, precisamente de la piscina del Idem, donde nadadores se forjaron para llegar a la Selección de Colombia, entre ellos Andrés Aguilar, quien se fue a jugar a Francia, y Jorge Andrés Montoya, “Chipea”, uno de los grandes goleadores del país.
“El sostenimiento mensual de la piscina Horacio Martínez cuesta cerca de 20 millones de pesos, con el pago del agua y la luz”, cuenta Sebastián Zapata, coordinador del Nacional sub-14 de polo acuático y miembro de la Junta de Deportes de Copacabana.
Los jugadores que participan en este torneo se notan dichosos. Incluso, porque algunos como los del Valle del Cauca fueron alojados en una finca, pero el orgullo local es la piscina y sus alrededores.
“Esta es una piscina amplia y muy bonita”, destaca Daniel Serna, jugador del club Polo Antioquia, un goleador que lleva tres años en este deporte, quien estudia en el colegio San Juan Eudes de Medellín.
El polo, antier con motivo de lo internacional; ayer con motivo del Festival Nacional infantil, y ahora con el Interclubes se renueva en este lugar que hoy presenta con orgullo a Santiago Orozco, Juan P. Pemberty, Juan M. Foronda y Juan Pablo Montoya, todos con el sello de: hechos en Copacabana.