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“El uniforme te hace ídolo en Dakar, sin él sos un n.n.”

Nicolás Robledo, el único antioqueño que este año estuvo en la carrera más dura del mundo, y que resistió cuatro etapas, habla de su experiencia en ella. “Esto es muy charro, es para locos”.

  • Identificado con el número 296 en su quad, Nicolás Robledo cumplió el sueño de correr Dakar. FOTO cortesía

    Identificado con el número 296 en su quad, Nicolás Robledo cumplió el sueño de correr Dakar.

    FOTO cortesía

Nicolás Robledo habla hasta por los codos. Y máxime cuando se le toca el tema del Rally Dakar, en el que debutó este año, cumplió cuatro etapas (iba en el puesto 40) y terminó a la vera del camino, agotado y con su cuatrimotor averiado y sin batería.

Una experiencia brava de la que empieza a sacar conclusiones y a contar historias como si acabara de salir de un encierro prolongado. Es hoy, como dicen popularmente, una cajita de música.

...El Dakar, definitivamente, es una cosa muy charra, es para locos. Es tal el ritmo de vida allí que no hay tiempo para pensar en nada más.

...Cuando uno va en carrera ni siquiera se tiene la oportunidad de mirar al resto de competidores o a los aficionados que te gritan y animan a lado y lado del camino.

...Era mi sueño desde que empecé a interesarme por los quads y a pensar que algún día estaría ahí. Misión cumplida a pesar de no haber terminado. Diría que, para ser mi primera vez en una carrera como esta, ha sido fabulosa pese a lo complicada e inhumana que es. Y así, todo es ganancia.

...En Dakar todo es un acelere, desde la competencia hasta las dormidas, las levantadas, los desayunos a mil, las revisiones técnicas, e incluso las bañadas a toda. Es un trajín bárbaro, aquí no se viene a pasear. Es muy estresante y desgastante todo. Y para comprobarlo hay que vivirlo.

...Pero también emocionante. Quizás el momento más especial es cuando uno pasa por el podio de presentación el primer día. Es inimaginable ese instante, lo que se siente, el cuento es muy bacano estar ahí porque se siente emoción de Patria.

...La ganancia más grande del Rally es el cariño que te da la gente, así no te conozcan. Brindan un cariño impresionante, como cuando me perdí y alguien me llevó a un sitio para coger el bus que me llevaría al vivouk (zona de encuentro y reposo de la caravana).

...¿Novatadas? Muchas, pero la más increíble la viví en la primera etapa por no saber administrar el tiempo, por ejemplo para orinar o para tomar agua; en la carretera se siente agonía cuando no se tiene nada qué comer. Una más, fue mientras iba a la presentación que me perdí.

...Algo que me pareció impresionante es que mientras estés en la moto y con uniforme sos un ídolo así nadie sepa quien es uno. Y tras bajarse de ella y al cambiarse la ropa pasás a ser un n.n.

Lo más seguro es que Nicolás tras contar toda esta aventura, siga pensando en volver al Dakar, esta vez, como dice, con más experiencia a una prueba salvaje que, pese a todo, atrae como si fuera un imán .

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