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Jacobo Carmona se acomoda en su silla de ruedas, estudia la pista y se concentra en su próximo objetivo. Amasa una, dos, tres veces la bocha con la palma de su mano derecha y la lanza en dirección a la bola blanca. Solo unos cinco centímetros separan a una de la otra, una precisión extraordinaria que cualquier practicante de boccia desarrollaría con años de entrenamiento, pero que él logró en menos de cinco meses.
Este joven talento, de 13 años, es el primer antioqueño que representará a Colombia, desde el próximo 20 de marzo, en los cuartos Juegos Juveniles Parapanamericanos Sao Paulo 2017, en este deporte de estrategia y precisión, diseñado originalmente como terapia para personas con parálisis cerebral.
“Esta es la primera competencia a la que Jacobo se va a enfrentar, está nervioso, pero él confía en sus habilidades y solo piensa en ganar”, comentó Mauricio Giraldo, su entrenador en la Selección Antioquia de boccia.
Pero, a pesar de su rápido ascenso en el deporte, Edwin Carmona y Nidia Benítez, papás de este deportista, temen que la carrera de su hijo termine sin siquiera comenzar, todo porque no cuenta con una silla adecuada para su primera competencia.
“Jacobo tiene una silla de ruedas clínica con la que se cansa muy fácil por los movimientos que debe hacer para lazar las bochas. Él necesita una silla deportiva con la que pueda jugar en Sao Paulo”, expresó el padre.
Giraldo explicó que el implemento que requiere su pupilo debe tener ruedas más grandes, con sillón y descansabrazos altos, pero la prioridad es que tenga un buen espaldar para que sostenga una buena postura durante las 8 horas diarias de competencia.
“En los entrenamientos Jacobo se queja mucho de la espalda, por el momento usa un cinturón pélvico para que no se vaya hacia adelante, situación que no pasaría si tuviera una silla adecuada”, agregó el entrenador al explicar que, aunque el objeto no es un requisito para competir, el no tenerla lo pone en desventaja frente a sus rivales.
Desde que Jacobo inició en el boccia, Edwin y su esposa emprendieron la búsqueda de la silla a través de la EPS a la que se encuentran afiliados, pero el pasado viernes, a 12 días del viaje a Brasil, les negaron el recurso.
La familia Carmona acude a la buena voluntad de las personas que quieran ayudarlos, alquilando o prestándoles una silla para que Jacobo pueda competir en los Parapanamericanos, de los que aseguran, su hijo se traerá un triunfo.