No es que María Camila Osorio estuviera segura que cinco años le bastarían para convertirse en la principal carta de renovación del tenis femenino en Colombia y una de las juveniles más destacadas en el plano internacional.
Pero en ese momento (2012), con 12 años, tomó la valiente decisión de abandonar presencialmente los estudios para hacer posible su sueño de ser tenista profesional.
“Por lo agotador de los entrenamientos me quedaba, literalmente, dormida en clase. Un día me senté con mis papás y ellos me apoyaron. Fue un proyecto familiar en el que le apostamos al tenis”, cuenta la cucuteña de 16 años.
Por ahora la apuesta ha salido bien: María Camila suma en 2018 cinco títulos ITF: Copa Pineiras y Banana Bowl (Brasil), Copa del Café (Costa Rica), Asunción Bowl (Paraguay) y Copa Barranquilla. Además, alcanzó cuartos de final del Internacional Juvenil en Brasil, donde culminó una imponente racha de 26 victorias en línea.
No es solo el momento que vive “Mariaca”, fruto de una intensa preparación, es que su talento y la proyección que exhibe ha despertado el entusiasmo hasta de su coterránea Fabiola Zuluaga, la mejor raqueta en la historia del país.
“María Camila tiene una técnica muy rica y un despliegue físico tremendo, vital para resaltar en el circuito actual”, resalta Fabiola, quien llegó a ser 16 en el casillero mundial, su mejor ranquin, en 2005.
Sueña con ser la número uno del ranquin WTA, pero sabe que el tenis es “una larga escalera” en la que “apenas ha recorrido algunos escalones”.
Lo que sí es cierto es que en ella radican las esperanzas de que el tenis femenino nacional tenga un espacio dentro del competitivo circuito, al lado de las mejores.
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títulos ITF suma Osorio desde 2016. Ha triunfado en varios países de Suramérica, además de Italia y Túnez.
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No es que María Camila Osorio estuviera segura que cinco años le bastarían para convertirse en la principal carta de renovación del tenis femenino en Colombia y una de las juveniles más destacadas en el plano internacional.
Pero en ese momento (2012), con 12 años, tomó la valiente decisión de abandonar presencialmente los estudios para hacer posible su sueño de ser tenista profesional.
“Por lo agotador de los entrenamientos me quedaba, literalmente, dormida en clase. Un día me senté con mis papás y ellos me apoyaron. Fue un proyecto familiar en el que le apostamos al tenis”, cuenta la cucuteña de 16 años.
Por ahora la apuesta ha salido bien: María Camila suma en 2018 cinco títulos ITF: Copa Pineiras y Banana Bowl (Brasil), Copa del Café (Costa Rica), Asunción Bowl (Paraguay) y Copa Barranquilla. Además, alcanzó cuartos de final del Internacional Juvenil en Brasil, donde culminó una imponente racha de 26 victorias en línea.
No es solo el momento que vive “Mariaca”, fruto de una intensa preparación, es que su talento y la proyección que exhibe ha despertado el entusiasmo hasta de su coterránea Fabiola Zuluaga, la mejor raqueta en la historia del país.
“María Camila tiene una técnica muy rica y un despliegue físico tremendo, vital para resaltar en el circuito actual”, resalta Fabiola, quien llegó a ser 16 en el casillero mundial, su mejor ranquin, en 2005.
Sueña con ser la número uno del ranquin WTA, pero sabe que el tenis es “una larga escalera” en la que “apenas ha recorrido algunos escalones”.
Lo que sí es cierto es que en ella radican las esperanzas de que el tenis femenino nacional tenga un espacio dentro del competitivo circuito, al lado de las mejores.