<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La fragilidad de los deportistas fuera de su disciplina

Sicólogos dicen que a veces olvidan el riesgo y hay descuido por la falsa idea de creer que son “héroes”.

  • El golfista Tiger Woods se recupera de una cirugía en pie, tobillo, tibia y peroné tras su accidente. En las últimas declaraciones dijo no recordar el hecho. FOTOs efe
    El golfista Tiger Woods se recupera de una cirugía en pie, tobillo, tibia y peroné tras su accidente. En las últimas declaraciones dijo no recordar el hecho. FOTOs efe
05 de marzo de 2021
bookmark

Vencer barreras inesperadas, ser los más veloces en las pistas, estar en la cima de los mejores, convertirse en ejemplo para muchos por sus logros y recibir medallas por eso, reviste a los deportistas de un cierto halo de superioridad, que se ve aún más expuesto cuando la fatalidad se les cruza en el camino. El reciente accidente de tránsito del golfista Tiger Woods puso de nuevo en la palestra la pregunta de qué ocurre con la vida de un deportista después de este tipo de hechos cuando logran sobrevivir de ellos y cómo logran superar el trauma y regresar a lo más alto.

“Los deportistas son seres humanos como cualquier otro y por lo tanto, también están expuestos al riesgo que implican los constantes viajes en avión por su profesión, caminar por las calles, conducir un carro o una motocicleta, o accidentes caseros, entre otros”, comenta Jesús Portillo, sicólogo del deporte de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Cómo olvidar el capítulo de terror de Chapecoense, cuando su avión se accidentó el 29 de noviembre de 2016, al aproximarse al aeropuerto José María Córdova. En el acto murieron 71 personas y sobrevivieron seis.

Para Portillo, la sociedad ve a los deportistas como superhéroes y ellos mismos se creen el cuento. “Muchos se creen inmunes o superiores al resto y se vuelven descuidados y ahí es cuando en el camino hacia el estrellato, pierden muchas veces sus carreras o, peor aún, sus vidas”.

Con él coincide el sicólogo colombiano Luis Humberto Serrato, con reconocida experiencia en intervención con deportistas de alto rendimiento. “Es necesario que el deportista asuma la responsabilidad, primero con él mismo, luego con su familia, patrocinadores, sus entrenadores, los aficionados y su entorno, para que tenga mayores cuidados”.

Antes de la situación del golfista, el mundo despidió a una de las máximas figuras del baloncesto mundial, Kobe Bryant por un accidente en helicóptero. Lejos de las cachas, y al lado de su hija Gianna, encontró la muerte.

Dice Serrato que hay una concepción universal sobre lo excepcional que son los deportistas. “Nos vendieron la idea de que son extraterrestres, superiores al resto y la mayoría se deja afectar por la fama y el dinero”.

No se equivoca el profesional, porque por ejemplo cuando el piloto Michael Schumacher se accidentó esquiando estaba disfrutando de unas vacaciones extravagantes y costosas; el mismo Briant viajaba en un helicóptero personal, y Woods, al parecer, excedió la velocidad en una zona peligrosa, de muchas curvas.

Sin embargo, también hay otras circunstancias en las que los deportistas no pueden ir en contra de las posibilidades de accidentarse, como le sucedió a Alex Zanardi, que chocó en su bicicleta adaptada, o al español Fernando Alonso, quien fue arrollado por un automóvil mientras estaba practicando ciclismo.

“Ser deportista profesional implica un compromiso enorme, adentro y fuera de su disciplina, sobre todo en este segundo escenario. Basta con observar los múltiples ejemplos para que un atleta, en cualquier lugar del mundo, reflexione si es que decide arriesgar su vida deportiva y personal fuera del deporte. Así estén preparados para resistir algunas situaciones por encima de la media de la población, pueden sufrir de múltiples fracturas, lesiones musculares o afectación de órganos vitales, lo que significa largos y dolorosos períodos de rehabilitación antes de volver a competir”, opina Sandra Ceballos, máster en Fisiología, Fisioterapia y sicología del Deporte.

Algunos, como la surfista Bethany Hamilton, que a los 13 años fue atacada por un tiburón y perdió su brazo izquierdo, aprendieron. Hoy se cuidan más y salieron adelante, otros, sin embargo, no pudieron evitar su fatal destino

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD